Transformar una cultura no es una tarea fácil, de hecho, en los procesos de transformación cultural siempre las empresas y las personas se encuentran con miles de obstáculos y desafíos.

En un mundo tan cambiante y en el que estamos entrando en un punto en el que, gracias a la era digital, no va a haber vuelta atrás, es importante trabajar los obstáculos y desafíos para que la transformación se pueda hacer de una forma tranquila y sin traumatismos. A continuación, comparto los obstáculos y desafíos más importantes en el proceso de transformación a nivel personal, cultural y social.

Lo primero con lo que nos encontramos en los procesos de transformación es la resistencia al cambio sumada a la zona de confort negativa. Enfatizo en que hay una zona de confort negativa y una positiva. La positiva se da cuando la persona encuentra una zona en la que se siente empoderada y con un nivel importante de autoconfianza para poder lograr metas. La negativa se da cuando las emociones como la incertidumbre, miedo, amenaza no dejan actuar.

La frase típica de la zona de confort negativa sería la de “mejor malo conocido, que bueno por conocer”. Ahí se encuentra la resistencia al cambio, en la que de forma repetitiva una persona realiza unos comportamientos y tiene hábitos por mucho tiempo, que se encuentran tan arraigados que pedirle que haga algo de forma diferente requiere de esfuerzo y energía, lo que a muchos les cuesta. Ahora, si el ambiente o clima en el que se encuentran están también arraigados, hacer cambios es aún más difícil.

Así pues, el segundo desafío se da cuando la cultura está arraigada en viejos paradigmas. Cuando no solamente una persona, sino también un grupo importante de personas en la empresa o en la sociedad están haciendo lo mismo todos los días, debe existir un compromiso real para poder hacer los cambios. Para lograr un cambio en la cultura, se requiere conocer la cultura actual y saber cuál sería la cultura esperada, así como lograr el compromiso de los miembros a través de acciones, comportamientos, código nuevo.

Lo tercero, y tal vez de los desafíos más importantes que deben ser superados, es la falta de comunicación, comunicación inadecuada, o un discurso que genere ansiedad. Cuando se quiere un cambio en la cultura o simplemente que las personas se preparen para las nuevas tendencias, ya sean digitales o a nivel de trabajo, la forma en la que se comunican los cambio debe generar seguridad, estabilidad, acompañamiento.

Si los líderes de una empresa o del país dan un discurso en el que las personas tienen la sensación de que van a ser despedidas, por ejemplo, es muy difícil que un cambio pueda hacerse de forma eficiente y efectiva, se debe tener en cuenta que la comunicación debe ser clara y efectiva, se deben comunicar las razones detrás de los cambios, y cuáles son los beneficios que traerá dicho cambio, a su vez saber cuáles son los retos a los que se enfrentarán y cuál va a ser el acompañamiento que tendrán para poder resolverlos de forma efectiva.

Finalmente, es importante hacer conciencia de que uno de los temas álgidos es el cambio de mentalidad. Cuando las personas están abiertas al cambio, a entender los beneficios y tomar las acciones para que haya un crecimiento en conjunto, se hace más fácil el proceso de transformación. Pero recordar que esta mentalidad no nace de la noche a la mañana, sino que debe ser desarrollada como cualquier habilidad.