Para los que son creyentes de la teoría de la Pirámide de Maslow, la seguridad es una de las necesidades que se encuentra en los niveles primordiales de la pirámide, pero cabe la pena reflexionar sobre el tema de la privacidad que hoy es un derecho importante para los seres humanos sobre todo en este mundo digital. Cuando hablamos de Bienestar Digital como uno de los vehículos para sentir felicidad, hacemos referencia al equilibrio y relación sana con las herramientas digitales. Esto nos lleva a pensar en el balance entre la seguridad y la privacidad, sobre todo cuando estamos hablando de reconocimiento facial. Cuando se hace referencia a la privacidad casi siempre pensamos en datos como nuestro número de teléfono, dirección, correo etc., pero resulta que nuestro rostro hace también parte de estos datos.

¿Qué es el reconocimiento facial? es una función tecnológica en la que esta analiza nuestro rostro, ojos, distancia entre los mismo, boca, etc. y crea un modelo matemático que es después utilizado para poder ser identificado por otras tecnologías. Cuando abrimos nuestro teléfono celular utilizamos la cara, esta utilización es reconocimiento facial, cuando abres la aplicación del banco, cuando tomas una foto y el teléfono guarda en las fotos un archivo con todas aquellas donde sale tu rostro, esto sucedió por el reconocimiento facial. Tal vez si todavía eres de la generación de Facebook puede que te hayas dado cuenta que a veces la plataforma identifica a tus amigos, y hasta te pregunta si ese que está en la foto es Pepe Pérez o no.

Mucha de esta información hoy se encuentra en bases de datos del gobierno, por ejemplo, cuando tomaron la foto de tu id o pasaporte. Hay otras bases de datos que son abiertas o semiabiertas como sucede con las de las redes sociales. El tema aquí es que ahora literalmente tenemos ojos en todas partes, cuando una persona va a un restaurante y alguien más toma una foto sin darse cuenta que la cámara captó a quien estaba detrás, este rostro también es registrado. Hay un podcast muy interesante en Spotify del BID sobre este tema que los invito a escuchar, se llama Curious.

En países como Colombia, en donde el nivel de seguridad no es tan alto, tener un sistema de reconocimiento facial, es una forma en la que se puede ayudar a mantener la seguridad de la misma. Pero qué pasa cuando quien utiliza esta herramienta tiene sesgos raciales, o basa sus decisiones en prejuicios y estereotipos, o cuando hay una población que no es de su gusto. O Qué sucede cuando la base de datos de rostros es hackeada: ya vimos lo que ocurrió el año pasado cuando una empresa con altos niveles de seguridad fue infiltrada por personas que querían aprovecharse de la información privada de los demás.

Es importante entonces reflexionar sobre cómo la tecnología trae increíbles beneficios, pero también qué medidas se van a tomar cuando estas herramientas sean utilizadas para hacer daño. Por ahora es un tema de reflexión, de educación en principios éticos, y de establecer responsabilidades claras frente a este tema. En la medida en que haya más tecnología, también se incrementará el número de riesgos asociados a las mismas herramientas.

Mientras tanto, algunas recomendaciones para los lectores de a pie. Primero, cuando tomes una foto, ten en cuenta que no salgan caras de otras personas que no están contigo, respeta su privacidad. Segundo, verifica en tu teléfono celular qué aplicaciones están utilizando reconocimiento facial, mantén solo aquellas que sepas que son seguras para ti. Tercero, recuerda que la forma en la que utilizamos las herramientas tecnológicas puede ayudarnos a ser las personas más felices de mundo o no.