Si la Comuna 13 pudo, Colombia también
En estas vacaciones por cuestiones de la vida y para mi fortuna, gracias a mis amigos de Contento BPS resulté en Medellín en un plan turístico que, si me lo hubieran propuesto hace algunos años, hubiera dicho que no. Se trata de la Ruta del Grafiti en la Comuna 13 de Medellín. Durante años solo se escuchaba sobre el lugar en las noticias o por voz a voz y siempre se hacía relación a hechos de violencia, guerra, pandillas y fronteras invisibles.
Hoy, es un lugar mágico al cual quiero invitar a todos a conocer, ya que después del recorrido pude evidenciar cómo la comunidad y la gente pueden unirse y generar paz, al cooperar entre ellos. Los seres humanos no son malos por esencia, sino buenos, cooperativos y amigables.
Un grupo de personas de la Comuna 13 de la casa Kolacho nos recogió en la estación del metro, allí donde queda también la estación famosa del metro cable, donde doña Gloria se hizo famosa.
Este grupo de jóvenes, desde 2013, tras la muerte de uno de sus compañeros, decidió ayudar en la transformación de la Comuna a través del arte, por medio de 3 disciplinas: el rap, ser DJ, bailar, y los grafitis. Son además quienes realizan el recorrido para mostrarle a los turistas, ya sean colombianos o extranjeros cómo el lugar se ha transformado en un sitio lleno de cultura y curiosidades de la zona.
La subida y recorrido de la Comuna 13 se hacen por las escaleras eléctricas, con las que Medellín, entre muchas otras construcciones de la ciudad, se ganó el premio de la ciudad más innovadora, por el impacto social que tiene en los habitantes de la zona. Cuando uno sube no se imagina cómo hacía la gente para subir el mercado, el material de construcción o cómo hacían las mujeres embarazadas o los adultos mayores. Es impactante.
Durante el recorrido hay varias paradas, una de ellas es “Donde Luis” una tienda que quedó preciso en la subida y donde ofrecen cerveza y limonada. También se encuentran las famosas cremas de mango biche de Doña Consuelo. Para los que no son de Medellín las cremas no son sopas, como yo pensaba, sino helados de mango biche, los cuales tienen toda una forma especial de comerse, ya que le echan limón y sal.
En el lugar se hace todo un recorrido para ver los diferentes Grafitis de colombianos, artistas de la comuna, y extranjeros. Dentro de los colombianos se encuentran artistas como Chota, Jomag, Bicho, Perrograff, entre otros, y de los extranjeros de México está Humo. El nivel de dedicación y complejidad de los grafitis impresiona, tanto que los turistas que se toman fotos con cada uno de ellos.
Fue además maravilloso tener la compañía de los chicos de Casa Kolacho para que nos contaran la historia detrás de cada grafiti y la reflexión que dejan al respecto. Al final del recorrido conocimos el lugar de Casa Kolacho en donde les enseñan a los jóvenes las diferentes disciplinas, y como recuerdo uno mismo pintar allí un grafiti. Este es el momento en el que uno se da cuenta del nivel de complejidad de dicho arte.
De las reflexiones del recorrido queda que el arte, la unión y cooperación de la comunidad son la salida de la violencia. Así que, si la Comuna 13 pudo, Colombia también puede. No necesitamos más noticias negativas, sino salidas creativas para un mejor país, no estamos en el año de la incertidumbre sino en el de la creatividad. Por todo ello quiero entonces invitarlos a conocer la zona y a ver lo que están haciendo los jóvenes por su gente.