¿Son los adultos mayores más felices?
De acuerdo a un estudio realizado sobre el manejo de las emociones a través de la vida, se encontró que los adultos mayores tienen una tendencia a ser más felices que otras generaciones. ¿Por qué? Y ¿Qué podemos aprender de ellos? Al parecer los adultos mayores reportan sentirse más felices (más experiencias positivas) que los jóvenes adultos, ya que los procesos cognitivos de dichas experiencias positivas, generan efectos positivos, los que les sirven como regulador de las emociones.
Algunos expertos hablan sobre la evidencia que hay hasta el momento y señalan que esto se puede deber: primero, a una organización funcional del cerebro diferente (Tranel, & Hawkley); segundo, a que utilizan diferentes estrategias para regular reacciones emocionales (Urry & Gross); tercero, a cambios motivacionales (Carstensen); y cuarto, a que son más efectivos en la regulación de las emociones (Blanchard-Fields).
Tomando la teoría de Carstensen y otros científicos, sobre la selectividad socioemocional, estas son algunas de las decisiones que toman los adultos mayores que les ayudan a regular mejor sus emociones y, por ende, a ser más felices. Así, estos son algunos de los grandes aportes de esta generación para poder ser felices: Primero, con conscientes de que tienen tiempo limitado, razón por la que vivir en el momento presente “aquí y ahora” es más importante que cumplir metas. Segundo, hay una priorización constante en metas emocionales, más que en los materiales, como por ejemplo pasar tiempo con la familia. Tercero, se enfocan en cambiarse a sí mismos (Yo) más que al entorno. Cuarto, se enfocan en metas alcanzables, es decir, a corto plazo. Quinto, los adultos mayores reconocen y recuerdan más imágenes positivas, por eso tienen la capacidad de enfocar su mente, emoción y acción en aquello que los hace felices.
Adicionalmente, la edad y la experiencia les han ayudado a ir identificando en cada etapa de la vida diferentes estrategias para gestionar las emociones. Comparto cinco estrategias de regulación de las emociones. Primero, distracción, en otras palabras, dirigir la atención lejos de aquella situación o persona que está ocasionando una molestia o malestar. Segundo, la reevaluación, una estrategia muy interesante de gestionar las emociones es buscar los aprendizajes o aspectos positivos de la situación por la que está pasando. Tercero, expresar o comunicar las emociones ayuda a la regulación de las mismas, con esta estrategia es importante que a la persona que se le comunica la información ayude a transformar dichas emociones y no a incrementarlas, por eso seleccionar a quien se le expresan dichas emociones y de qué forma, va a ser vital. Cuarto, compartir socialmente o contarles a otros sobre la molestia o situación. Y por último la supresión, que es cuando una persona decide restringir la expresión de sentimientos relacionados con aquello que molesta.
No hay una estrategia mejor que la otra, va a depender del contexto, la persona y cómo ésta ha aprendido o ha decidido regular sus emociones. Lo que sí es recomendado por la ciencia es que la educación en regulación de la emociones o inteligencia emocional ayuda a las personas a que tengan mejores relaciones interpersonales y con ellos mismos. Recordar que las emociones afectan la memoria, la atención y la toma de decisiones. Así que a aprender de los adultos mayores y sus estrategias para ser felices a través de la regulación de las emociones.