Contextualizar los fenómenos mundiales en lo que acontece en lo local es importante pues después de las alertas del cambio climático, la pandemia, la crisis de suministros y cadenas de distribución llega la invasión a Ucrania generando grandes impactos en la manera que abordamos el desarrollo y la misma narrativa capitalista que ahora es mucho mas clara y decidida en hacerla más orientada a negocios capaces de resolver problemas sociales y ambientales y tal como se vio en el Foro Económico Mundial de Davos evitar una crisis alimentaria.
El panorama mundial para países como Colombia significa definir sus prioridades a la luz de su propia realidad siendo la primera reconocer que el mundo cambió y el país cambió en términos de entendimiento e interlocutores y es así como desde las regiones se debe iniciar ya la estrategia de seguridad alimentaria con los agricultores, ganaderos, avicultores, apicultores, piscicultores y pescadores. Con la decisión de generar políticas públicas para incentivar y proteger los empresarios del campo, con chequera en mano, líderes de las regiones, gremios y academia se asegurarán los ingredientes de éxito.
No habrá futuro económico, social y ambiental sin autosuficiencia energética para los colombianos; sí con energías alternativas, pero por sobre todas las cosas debemos reconocer que además de las excelentes hidroeléctricas, granjas solares y eólicas se necesita asegurar el gas para 38 millones de usuarios que cocinan, se bañan y trabajan gracias al gas y que como combustible limpio de transición, el gas esta llamado para mover el transporte público, de carga y conquistar a los autogeneradores de energía y vehículos particulares. Además de los impactos sociales y ambientales esbozados, el gas y el petróleo son la fuente de recursos para que el aparato del Estado tenga con que pagar nómina, poder desarrollar infraestructura básica e invertir en la solución de problemas estructurales de salud, educación, justicia, jubilaciones, seguridad y conectividad.
Sobre el cambio climático y reconociendo que la ciencia está innovando en tecnología y equipos para la descarbonización, el rol de un país rico en diversidad no está en comprar y obligar a tecnologías pero si está en la priorización de la protección del agua, los bosques y el cuidado de la Amazonía que solo se logrará a través de la inclusión, el respeto y el reconocimiento de saberes en las regiones y en el entendimiento que el cuidado del ambiente es un extraordinario negocio con posibilidad de acceso a capitales de inversión nacionales y extranjeros. Aquí también es vital la voluntad política para asegurar la presencia del Estado en la ruralidad, abordar la problemática desde la oportunidad, la prevención, el aprendizaje y nuevas formas de trabajo que aleje las malas prácticas y las economías ilícitas.
La aproximación al empleo se debe abordar desde la educación técnica, tecnológica y profesional con pertinencia pues es claro que la educación debe ofrecer conocimiento y habilidades para lo que requiere el mercado laboral e incentivar las habilidades para ser emprendedores y empresarios. Solo lograremos una buena educación y unos buenos empresarios y funcionarios si está basada en principios, con profesores de alta calidad, aprendiendo otros idiomas, con conectividad gratuita y acceso a tecnologías en todo el territorio y con incentivos importantes para los estudiantes de excelencia en ciencias duras, pero también a artistas y deportistas de alto desempeño.