En el mundo corporativo el papel de la alta gerencia va más allá de la habilidad en la toma de decisiones, la gestión de los equipos y el efectivo relacionamiento con los grupos de interés. Está comprobado científica, empírica y personalmente que las empresas en sus momentos de éxito y brillo han estado gerenciadas por lideres que se destacan por su habilidad para inspirar, guiar y desarrollar a sus equipos de trabajo. En este sentido ser profesor, consejero y maestro se convierten en competencias esenciales.
La experiencia de ser empleado da la posibilidad de disfrutar o padecer jefes que con diferentes estilos coordinan, mandan o lideran los equipos generando grandes trasformaciones en las personas y grandes epopeyas en los equipos, que pueden llegar a ser transformadoras; otras aburridas y otras con capacidad de sacar lo peor de todos los miembros de los equipos, situación que obviamente se ve reflejada en los resultados precarios y/o insostenibles. En las experiencias positivas los altos niveles de la organización son personas confiables, con interés en el bienestar de las personas y que fomentan el crecimiento y la excelencia profesional.
Este interés autentico del verdadero líder por enseñar habilidades prácticas se hace realidad identificando las fortalezas y oportunidades de mejora de cada uno de los miembros de su equipo y generando posibilidades de aprendizaje en posiciones que reafirman las áreas el conocimiento. Así mismo los equipos de alto desempeño que trascienden, innovan y cumplen metas son donde los que sus colaboradores hacen trabajo colaborativo, fluye la confianza y se evidencia el entusiasmo; condiciones estas que solo se logran con la inspiración y motivación que trasmite un verdadero líder.
El líder que forma ,que enseña y que da ejemplo siempre está al servicio de su equipo, escuchando y alentando a la búsqueda de nuevos caminos para la solución de problemas. Abierto a la curiosidad, la investigación y el desarrollo de nuevas habilidades entre los miembros del equipo sin perder el foco ni sacrificar los valores por cumplir metas pues sabe que el principio de la sostenibilidad es hacer las cosas bien desde un principio y que en sus conversaciones y actuaciones le recuerda a su gente cual es el propósito superior que congrega la organización mucho más allá de la cotidianidad .
Esta reflexión es para que le sirva de espejo a los nuevos empresarios que crecen a velocidades más allá de cualquier pronostico, que prosiguen el sueño de desarrollar una empresa sostenible en el tiempo y con el reconocimiento de la sociedad y para quienes tienen personas a cargo y en consecuencia tienen la responsabilidad de hacer del trabajo una experiencia amable, retadora y de aprendizaje a través de su liderazgo respetuoso, honesto pues después del hogar y la academia la otra escuela de la vida son las instituciones donde las personas con la mejor voluntad dan todo sus competencias actitud, aptitud-conocimiento y experiencia- para realizarse como personas y como colaborador para el cumplimiento de metas y del objetivo superior.
Bienvenidos los empresarios que con sus ideas y arrojo generan posibilidades de vida para sus familias, para la comunidad y para la sociedad; bien recibidos los líderes que son maestros y que con su ejemplo e interés autentico desarrollan personas y construyen confianza que trasciende.