Se jubiló en los años 80 con 40% de lo que reciben sus colegas hombres, pues su salario por ley también era 40% menos, después de trabajar 30 años en el sector de la salud y en la elaboración de vacunas de riesgo como tuberculosis, difteria, antiofídicos entre otras que en esos tiempos Colombia exportaba por su reconocida calidad y efectividad. Profesional graduada en los años 50 y con estudios posgraduales en el exterior, siempre llego temprano en su carro y salió tarde, mientras sus colegas tenían asignado vehículo y conductor; siempre orgullosa de los logros y realizada con su trabajo. Ella como la gran mayoría de mujeres trabajadoras también cumplía con los roles de madre de varios hijos, esposa e hija, también hizo tareas, monografías y resúmenes, siempre apersonada y comprometida con el cuidado de todos; esa es mi madre y seguro parecida a la de muchos.
Hoy milímetro a milímetro siguen ganando espacios y logrando reconocimientos por la excelencia en sus logros y sus liderazgos diferentes, justos y asertivos. En mi trabajo tuve la oportunidad de reportarle a dos mujeres que sin lugar a duda cambiaron el rumbo de las empresas y de los sectores más complejos, exigentes e impredecibles de la economía. Con la visión, la intuición y la generosidad pudimos como equipo hacer innovaciones de alto impacto y trascendencia que hoy son aún referente de sostenibilidad y casos de estudio en universidades. Los sectores en que ellas pudieron hacer transformaciones fueron y aun son tradicionalmente de hombres fuertes y forjadores de proyectos transformadores.
También puedo decir que me siento orgulloso de liderar y haber tenido equipos mayormente de mujeres, quienes con su logros marcando su impronta en el ADN de las empresas e instituciones y con su forma de trabajar siguen construyendo la cultura donde ese nuevo liderazgo está basado en el respeto, la probidad y el cuidado. Lo anterior me permite decir que las empresas e instituciones donde he trabajado siguen cumpliendo con su objetivo superior, creciendo y acrecentando su reputación.
Homenaje también a las soldadoras que estudiaron, se prepararon y se certificaron con los estándares más exigentes y con excelentes calificaciones, en el Sena para la construcción de la refinería de Cartagena y varias siguieron trabajando en la ampliación del Canal de Panamá, reconocimiento a la soldadora de tanques en el terminal de Coveñas con rendimiento y trabajo excepcional, honrar a las que son “mamá, papá, pie y sofá”, a las que han logrado ser parte de cargos directivos y que según Mckinsey han logrado mejorar los beneficios a sus empresas entre 5% y 20% y a las mujeres que en las juntas directivas hacen las preguntas que nadie se atreve, usan la intuición, generan debates y facilitan consensos.
Se debe anotar que en la bondad, en el cuidado y la generosidad las mujeres son las más buenas y mejores pero de la misma manera también superan al género masculino en la maldad pues de nuevo en esas lides también nos superan.
Este es el milenio de las mujeres, saben el valor de la vida, el poder del amor y la justicia, con seguridad seguirán conquistando las instancias del poder decidir, del poder hacer y del poder cuidar desde los sectores productivos pero hay que reconocer que toda la sociedad debe ayudarlas para que logren espacios y visibilidad en instancias políticas y sociales para lograr un cambio desde el interés legitimo por el cuidado de la especie y del planeta.