Por estos días la humanidad busca y encuentra más ideas, creencias, gustos y colores para diferenciarse, victimizarse y odiarse como si no se entendiera que somos el resultado infinito de mixturas raciales, religiosas y geográficas pero somos todos de la misma especie y que estamos en riesgo por las mismas creencias tercas y ambiciones desmedidas.
Uno de los muchos roles de los abuelos es rescatar y trasmitir oralmente consejos sabios, remedios caseros, e historias que explican muchos sentimientos, gustos y comportamientos. Mi abuela materna María Convers Fernández que con sus años gastados y con el amor más profundo le enseñaba a sus bisnietos fotografías, cartas e historias de su familia diciendo, por ejemplo, que su bisabuelo era un militar italiano que vino a la guerra de independencia y que se había casado con una venezolana muy bonita de nombre Araceli Fernández de la Hoz y él era un señor que pintaba mapas recorriendo a pie, a caballo y en barco por los ríos y mares de Colombia, Panamá y Venezuela el señor se llamaba Giovanni Battista Agostino Codazzi Bartolotti. Con sorna le dije que esa información era poco útil a lo que me respondió que ella esperaba que yo hiciera lo mismo con mis nietos pues además de ser un acto de amor era también la forma de entender, agradecer y corresponder.
Años después, de trabajo en Venezuela, aprendí que el abuelo de mi abuela - ya fallecida para ese entonces- Agustín Codazzi allá era venerado, que en 1840 le habían otorgado la Medalla de la Sociedad de Geográfica de Paris de manos del Barón Von Humboldt por el Atlas Físico y Político de la república de Venezuela, que en 1856 había publicado la Geografía Física y Política de las Provincias de la Nueva Granada, que lo habían distinguido como miembro honorario de la Sociedad Geográfica de Londres y de Berlín, de la American Ethnology Society de New York, que le habían otorgado la medalla de la Legión de Honor de Francia en 1841, que había promovió la inmigración de europeos y fundado la Colonia Tovar con ciudadanos alemanes; también dirigió la pacificación de los llanos, fue gobernador de la Provincia de Barinas y que sus restos están en el Panteón Nacional de Venezuela en Caracas al lado de Bolívar; Páez y Miranda después de haber sido enterrado de la población de Espíritu Santo -hoy Codazzi- en el departamento del Cesar.
Codazzi, geógrafo, cartógrafo, ingeniero y militar llega a la Nueva Granada, entra por el rio Atrato en búsqueda de Bolívar para ofrecerle 10 barcos del corsario Louis Aury además de su pericia, experiencia y conocimiento. Regresa a Colombia invitado por el General Mosquera quien lo asciende coronel y lo encargan de la preparación militar por su conocimientos adquiridos en la Escuela de Ingeniería y Artillería de Módena y la Academia de Guerra de Pavía, así mismo de los estudios para un canal en el Istmo de Panamá , de la Comisión Geográfica, la fortificación de Honda y por su destacado rol en la batalla de Petaquero lo ascienden a General. En 1850 a los 66 años y con 8 hijos muere de malaria y es enterrado de frente a la Sierra Nevada de Santa Marta.
En su honor en Lugo Italia están la Vía y la Escuela Agostino Codazzi, en Venezuela el Regimiento Militar de Ingenieros, 4 parques, una Biblioteca y 3 instituciones educativas entre otras y en Colombia el Batallón de Ingenieros, un municipio, un colegio y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi IGAC, una de las instituciones más respetadas de Colombia y el mundo cientifico.
El ADN de la población, del conocimiento, de la historia, del espíritu libertario, de la fuerza empresarial, de la infraestructura de toda la América está hecha con talento, sentimientos e ideas que trascienden las fronteras políticas y las razas por lo que no se entienden los odios, ni mucho menos el galimatías de condiciones xenofóbicas para conseguir visas y permisos para las personas y empresas extranjeras.