Cuando se analizan los emprendedores en su mayoría su éxito empresarial obedece más a conocimientos, competencias, actitudes o historias personales que a lo aprendido en el modelo educativo. Incluso muchos de ellos no accedieron a la educación superior caso de Arturo Calle, Chaid Neme, Rafael Molano o Mario Hernández, entre muchos otros.
Con algunas excepciones la educación superior en Colombia ha sido orientada a adquirir conocimientos generales para desempeñarse cómo buen empleado de tal manera que los programas académicos, los trabajos de investigación y las calificaciones son la reafirmación a modelos rígidos y memorísticos.
El modelo fue exitoso en la medida que el paradigma era nacer, crecer, conseguir un empleo bien remunerado (que es diferente a buen trabajo), y morir. Lo anterior también permitía una permeabilidad social y lo que en otro tiempo significó ser militar o religioso se trasladó a carreras, que daban también prestigio, como fue la medicina, las ingenierías de moda -¡pero nunca la filosofía, la literatura, arte, música y las humanidades en general!. Lo anterior aseguraba la posibilidad de ser un buen partido pues las mujeres solo hasta mediados y finales del siglo XX no tenían acceso o interés particular o familiar de seguir con estudios ni el sistema laboral ni cultural las acogía con autentico interés y valoración.
Son muchos los empresarios colombianos que nos han dejado legados maravillosos en el campo del conocimiento de nuestras fortalezas a través de los centros de estudio de nuestra economía como son el centro de investigaciones del café Cenicafe, de la caña de azúcar Cenicaña, de las esmeraldas, del petróleo ICP, entre otros. Así mismo las universidades a la vanguardia de la educación han dirigido su investigación y formación en el fortalecimiento de las practicas empresariales y la solución de problemas complejos en la industria además del fomento al empresarismo.
Ejemplos de lo anterior encontramos a la universidad EAN con foco en el cuidado de los recursos naturales y las energías alternativas; la universidad Uniminuto con su centro de innovación social generando programas para la inclusión desde las empresas o la universidad Eafit con un centro de soluciones de problemas técnicos, operacionales y de entorno demostrando que también es una alternativa de ingresos para las mismas universidades y la destinación de capital de inversión en emprendimientos en calidad de socia.
La libertad de empresa en países como Colombia donde la informalidad es significativa, cobra un significado y peso aun mas importante pues los emprendimientos son reales soluciones a problemas como lo demostraron los que alquilan lavadoras en bicicleta por horas en los barrios populares, las cadenas de ahorro, las guarderías nocturnas para las madres que trabajan de noche, los explosivos para minería tipo paraguas, los fondos de empleados para los prestamos, los sistemas de “clubes” para pagar a crédito las compras, las mensajerías especializadas, etc. Solo faltaría que estas invenciones fueran patentadas pues también deben ser parte de la riqueza de un país, como lo es Estados Unidos son poseedores de la mayoría de las patentes de los inventos del mundo.
La propiedad intelectual es el motor de desarrollo mas importante de los países mas adelantados. Falta ver las valoraciones en la bolsa de valores de empresas como Google, Apple, Facebook, Tesla o Microsoft, que son mucho mas grandes que el 90% del PIB de los países del planeta. Si utilizáramos nuestro intelecto, nuestra sagacidad y nuestra tenacidad éticamente, estaríamos de lejos mucho mejor.