Las noticias en el mundo están ocupadas por problemas de corrupción, ocultamientos, negociaciones con información privilegiada, entre otros. La economía global se ha convertido en el terreno de juego para individuos con inclinaciones criminales. La falta de principios, la inmoralidad y la actitud egoísta se han extendido con devastadoras consecuencias para la confianza en el sistema de economía de mercado y las instituciones.
Los empresarios honestos, las organizaciones de la sociedad civil y los gremios que propenden por el sistema de economía de mercados y que son conscientes que es el único sistema viable, incluyente y que agrega valor a las personas, a la comunidad y a la democracia debe apoyarse decididamente en un sólido sentido de moralidad para generar una cultura de transparencia y corresponsabilidad.
Hay conciencia en los verdaderos líderes en que nuestra sociedad debe recuperar sus valores, salirse de la entropía del materialismo excesivo y oponerse a las posturas egoístas e individuales y en este contexto, los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS de Pacto Global, los Principios de la Mesa Redonda de Caux, los Principios Voluntarios y Principios Rectores de Naciones Unidas cobran una importancia crucial. Estos principios abogan por una economía que no solo busca el beneficio material, sino que también promueve la responsabilidad social y la sostenibilidad. El enfoque en activos intangibles como la cultura, el capital social y el capital humano se alinea con la idea de que la riqueza real no solo se refleja en los balances contables, sino también en la calidad de las interacciones humanas y en la contribución positiva a la sociedad.
En el país donde en donde todos tienen un negocio pequeño o grande y que son el motor del desarrollo a través de los impuestos y regalías que se traducen inversiones de infraestructura, salud, educación pública, justicia y seguridad social, alimentaria, energética además de asegurar los recursos de gastos como son todos los salarios, beneficios y prebendas de los empleaos públicos. Son las empresas de todos los colombianos las que generan empleo, conocimiento y cultura de ahorro, de innovación y de emprendimiento; son las empresas que han llevado al país a ser ejemplo en cumplimiento de los estándares técnicos, sociales, ambientales y en Derechos Humanos más exigentes de la mano de las ONGs expertas, de la academia, los gremios y asociaciones, embajadas y de los mismos gobiernos locales, regionales y nacional.
Expuesto lo anterior es cierto que falta visibilizar, patentar y generar las narrativas inspiradoras de las empresas que desde todos los rincones de Colombia están generando practicas sociales, ambientales y de derechos humanos más allá de sus obligaciones llevando a hacer viables y sostenibles, como son las empresas del sector eléctrico, gas, petróleo y minería, que siguen siendo las más admiradas* como son las del grupo Ecopetrol, grupo EPM, seguidas por Crepes & Wafles, Arturo Calle, Nutresa, Bancolombia, grupo Suramericana, Alpina, El Éxito, Bavaria, Tecnoglass, Postobón, Argos, Davivienda y Productos Ramo.