Con la invitación de los medios de comunicación y el Diario La Republica a presentar ideas para la reactivación económica y pensando más allá de mantener el empleo, salvar empresas y sobre aguar después de estas crisis sanitaria y económica, quiero proponer algunas oportunidades para generar nuevas posibilidades económicas, sociales y ambientales.
En esta lógica y en el entendido de que la base de la economía y de la prevención de enfermedades está en el campo, pues lo primero significa empleo e ingresos para los más desprotegidos y lo segundo significa alimentos en la cantidad y calidad esperada, a continuación se presentan tres propuestas en línea de lo anteriormente explicado:
Sistema de acopio de productos del campo: es ingenuo pensar que un micro productor del campo pueda mercadear sus productos y excedentes por internet, dónde ni si quiera hay ese servicio, por ser inexistente, por precios inaccesibles y, en la mejor de las situaciones, de mala calidad. La solución está en los centros de acopio locales, dónde el productor pueda asegurar el adecuado lavado, empaque, bodegaje, en algunos casos refrigeración y el transporte.
Los resultados se traducen en mejores precios para el campesino, mejor calidad para el consumidor final, supresión del exceso de intermediarios y disponibilidad de un 40% de productos que hoy se pierden por mala manipulación desde el área de producción. El ejemplo es la industria lechera.
Costos de insumos: resulta increíble que la producción de alimentos, que es lo más importante y básico para la vida junto con la subsistencia y salud para todas las personas, no tenga tratamiento de actividad estratégica. Ninguno de los insumos puede tener impuestos, gravámenes o prohibiciones; además de ser cuestiones tan vigiladas y reguladas como son las medicinas por el impacto en la vida, salud y desempeño de las personas.
Lo anterior incluye la producción de los mismos insumos, semillas certificadas, fertilizantes y toda clase de maquinarias, equipos y herramientas. El atraso en el campo desde la apertura económica, donde trajimos desde el café hasta papas ,es realmente inconmensurable y hace perder competitividad frente a lo que estamos importando, en contra de toda lógica y sentido común. Hoy más que nunca, nuestros productos son nuestro seguro de vida, trabajo y bienestar.
Financiación con asesoría: el único crédito que generó desarrollo en el campo, y más y mejores productores, fue el AIS o agro ingreso seguro, que quedó chamuscado en la hoguera de las pasiones políticas, dónde importa más el desprestigio del opositor que el verdadero impacto que tuvo en regiones como Nariño lideradas por el gobernador Navarro, o en otro departamentos dónde los grandes beneficiados fueron los pequeños productores y los proyectos de gran capacidad generar bienestar en las regiones. Con el nombre que sea, se debe asegurar de nuevo recursos económicos con tratamiento de apoyo a la estrategia de reconstrucción del país.
Cuidando y ganando: somos un país amazónico y rico, que puede sacar ventaja se esta situación dándole la importancia al Amazonas, reconociendo las riquezas culturales, naturales y geopolíticas de esa inmensidad de patrimonio de todos los colombianos y de la humanidad.
Sobre las actividades económicas que vienen generando riqueza y nuevos proyectos es importante adoptar, como lo hizo Perú, las metodologías y enseñanzas para el desarrollo de las actividades relacionadas a energía, petróleo y minería, identificadas en el proyecto "USAID Amazonas mejores prácticas" en la que empresas, organizaciones sociales, gobiernos de Perú, Brasil y Colombia trabajaron más de un año en identificar formas de trabajo respetuosas y novedosas.
Así mismo, es necesario incentivar inversiones internacionales relevantes para invertir en el cuidado de la selva amazónica, con el fin de proteger a través de los fondos de compensación de CO2. La metodología exige un rigor científico de inventarios y de monitoreo riguroso para mantener los bosques, lo que supone mano de obra de cuidadores y científicos e importantes recursos para inversión social y de investigación, además de los impuestos asimilables a los cobrados hoy por aprovechamiento forestal - tala.
De esta conservación, reforestación y protección, también se pueden desprender el inventario real de la riqueza biónica, abiotica y cultural se pueden desarrollar proyectos de turismo especializado de alto nivel científico. La presencia de empresas, academia, instituciones y gobierno en estas iniciativas en zonas selváticas, significan la legitimación del Estado en regiones dónde hoy campean las economías ilegales y el hampa.
Las ideas anotadas evidentemente distan mucho de la dádiva y de la caridad y van mas asociadas a la ética del trabajo, el imperio de la ley, la generación de riqueza para los colombianos y la sostenibilidad.