Libertad como resultado del desarrollo es la hipótesis de Francis Fukuyama refiriéndose a la construcción de una vida digna a través de la posibilidad de elegir lo que se quiere, cuando se quiere y como se quiere, lo que parte del supuesto de un mercado abierto, una competencia sana y un gobierno transparente.
Con desazón los colombianos recuerdan las empresas de servicios públicos administradas por el gobierno y siempre asociadas a la baja cobertura, ineficiencias, perdidas y mal servicio como fue, y aún se siguen sufriendo en algunos municipios, la recolección de basuras, la distribución de electricidad, la construcción y mantenimiento de vías, la prestación de los servicios de salud, los aeropuertos y otros servicios que seguramente UD tiene en su cabeza donde se pueden incluir telecomunicaciones, operadores de TV, etc. En el pasado esa era la normalidad que también se caracterizaba por la inequidad en oportunidades de acceso a los servicios, la exclusión por incapacidad y la precariedad en la calidad que hicieron que muchas de las personas le sigan teniendo aprensión al manejo y control del gobierno a las empresas de servicios públicos incluyendo la educación primaria y secundaria.
La humanidad sigue aprendiendo y al día de hoy ya es conocido por todos, ha sido estudiado por la academia y reconocido por todos que la eficiencia, el buen servicio y la optimización de costos son condiciones del libre mercado en beneficio de los usuarios y clientes donde los mediocres que no entienden las necesidades del cliente, los perezosos que se duermen en los laureles, los miopes que no invierten y los abusadores que son más costosos no sobreviven, así tengan campañas de publicidad, influenciadores sociales y grabaciones telefónicas donde le repitan “su llamada es muy importante para nosotros”; esas empresas más temprano que tarde serán castigados por los clientes que buscan y ejercen su libre derecho de elegir.
En ese modelo también se reconoce la importancia de los gobiernos, que aún cuando existe una exigencia del mercado y una competencia que obliga a mejorar, también necesita de un Estado que asegure el marco jurídico justo, haga la debida diligencia para conocer y validar el tipo de empresa, de recursos y de accionistas, que trabajen con los gremios para asegurar la competitividad de los diferentes sectores, que cuiden el empleo y los recursos que generan a través de los impuestos; así mismo que trabajen con aliados en las inversiones tecnológicas, sociales, ambientales y de conocimiento que las empresas deben hacer obligatoria y voluntariamente.
Los estudios y estadísticas son la prueba de lo que hoy ha logrado el país en bienestar gracias al esfuerzo de muchas personas experimentadas, conocedoras, especializadas, innovadoras, arriesgadas que desde los gobiernos, desde las micro, medianas y grandes empresas, desde las instituciones de educación superior técnica, tecnológica y profesional han consolidado unos sistemas, procesos, regulaciones en bien de la calidad, cobertura, e inclusión en los servicios públicos que dignifican y que mejoran la calidad de vida de todos. Definitivamente más allá de escuchar hay que obedecer sus recomendaciones y atender sus llamadas que sí son muy importantes para nosotros.