Las clases de religión están en la palestra del debate público. En estas líneas quisiera plantear algunas preguntas que se relacionan directa o indirectamente con el tema. ¿Es útil saber acerca de la religión? ¿Qué diferencia existe entre clase religión y catequesis?
¿Debe existir la asignatura de religión en los colegios públicos? ¿Qué religión se debe enseñar? ¿Debe existir obligatoriedad en esta materia? He aquí mi opinión.
De entrada, conviene resaltar que nadie puede violentar la conciencia de una persona. Nadie puede obligar a otro a aceptar unas creencias, ni directamente ni mediante manipulaciones ideológicas. Tampoco a realizar determinadas prácticas religiosas. Dios es amor y libertad al mismo tiempo. El ser humano es libre para amar, no hay amor sin libertad.
La religión, que es la manera como los seres creados se relacionan con su creador, es un tema humano presente, de una u otra forma, en todas las civilizaciones. Es un tema humano. No se puede ser una persona culta sin tener presente el hecho religioso en el bagaje de los propios conocimientos. ‘Pensar la religión’ forma parte de los procesos de aprendizaje que toda persona debe realizar al ahondar en su identidad, con independencia de cuál sea el resultado de este abordaje: creer o no creer. Todo ser humano debe poseer una cierta cultura artística, religiosa, literaria, histórica, etc. si quiere poseer una formación integral. Ese proceso, como todos los demás, debe comenzar en las clases de religión, desde pequeño. No se diferencia en nada de las clases de sociales o de arte. Esto no supone ningún tipo de adoctrinamiento, sino ampliación y profundización de la realidad humana. La fe es un regalo de Dios.
Otra cosa es la catequesis de niños o de adultos por medio de la cual se aprende dar culto a Dios y a vivir de acuerdo con las propias creencias. Primero la familia decidirá por el niño, pero después será la propia persona quien deberá elegir voluntariamente el proceso de formación y vivencia de la fe. Este será un proceso propio de los colegios católicos o de orientación católica que ofrecen a las familias que lo deseen. En mi opinión, los colegios públicos deben dar clases de religión a todos los alumnos, y clases de catequesis por fuera del pensum a las familias que quieran y se organicen para ello.
Me atrevo a afirmar, por lo que lo que conozco de las clases de religión, que el contenido y la metodología de las clases de religión en los colegios públicos y en algunos privados no es de la mejor calidad. La materia suele ser un relleno, un formalismo que se cubre con cualquier cosa: civismo, educación sexual, integraciones. En el mejor de los casos se ofrecen valores, y en el peor de los casos se adoctrina en ideologías extrañas. Pido perdón, si al generalizar estoy siendo injusto con quienes hacen las cosas bien.
En cualquier colegio existen familias y personas con distintas creencias, y esto crea dificultades logísticas. En la práctica se puede resolver esta situación de dos maneras. En una primera instancia, el colegio puede ofrecer un programa tal que pueda ser apto para cualquier religión. Otra manera, si predomina una determinada creencia, es ofrecer clases para esa comunidad religiosa, y procesos alternativos de aprendizaje individual a las personas según la confesión a la que pertenezcan. Todo con calidad y respeto a la libertad.