Desde hace un tiempo el Gran Reset está de moda en determinados círculos. Un articulista de La República se hizo eco hace poco del tema. Esta columna es para no iniciados, y la verdad es que escribo esta con el deseo de adquirir un criterio sobre el mismo, pues hay promotores y adversarios destacados. El Gran Reset, gran reinicio, sería un proyecto de largo y ambicioso alcance para, aprovechando la crisis provocada por el covid 19, que pretende iniciar una remodelación del mundo, especialmente en la forma como los seres humanos vivimos. Tendría que ver con lo que se viene hablando del Nuevo Orden Mundial.

Resetear es la forma en que se suele llamar a la acción de Reset, que en idioma inglés consiste en el reinicio, la reposición hacia un estado inicial, o bien un nuevo comienzo. La inauguración del Gran Reset fue, según leo en la prensa, el 21 de enero del 2021, donde se reunió toda la élite financiera, tecnológica y política mundial, en Davos Suiza. Allí el Fondo Económico Mundial propone que “debemos construir unos cimientos totalmente nuevos para nuestros sistemas económicos y sociales”. Comienza así la Agenda 2030, que persigue la instauración de un modelo socialista mundial y sin fronteras, debido según el fundador del Gran Reset, Klaus Schwab, a la crisis provocada por el coronavirus a nivel global y a la alta contaminación en el planeta.

En este proyecto confluyen las organizaciones capitalistas occidentales, el modelo social-capitalista de China, y las grandes corporaciones tecnológicas que poseen información de las personas a nivel mundial. La reconstrucción de nuestras sociedades, según estos actores financieros y económicos mundiales, puede verse en su propio vídeo del FEM titulado “Ocho predicciones para el mundo en 2030”.

Por otro lado, están los adversarios de El Gran Reset, que lanzan advertencias sobre los peligros de este. Poseer información de media humanidad, dicen, tener capital para todo lo imaginable, y un sistema político autoritario y controlador, asusta, sería el resumen que hacen. El vídeo que mencionábamos predice que “no tendrás nada y serás feliz. Lo que quieras lo alquilarás y te lo entregarán con un dron”. Junto a la abolición de la propiedad privada -un objetivo típico de las ideologías socialistas- el FEM también ve el fin de los valores occidentales tradicionales: “Los valores occidentales habrán sido puestos a prueba hasta el punto de ruptura”. Poseer información y capital posibilita lo que parece persigue el Nuevo Orden Mundial, que es un colonialismo humanista mundial, dicen fuentes contrarias al Gran Reset.

Los líderes del Gran Reset suelen afirmar que los que se oponen a este proyecto ven en todo conspiraciones y manipulación, y que no alcanzan a darse cuenta de la realidad poscovid. A este respecto leía estos días unas declaraciones de un cardenal de la Iglesia Católica, el cardenal Müller, buen conocedor y decidido opositor al Gran Reset, quien rechazó tales críticas afirmando que los sistemas totalitarios “siempre han denigrado cualquier crítica como conspiración y subversión”. En ese sentido, señaló las numerosas advertencias sobre los gobiernos totalitarios en el siglo XX y explicó que “difícilmente pueden ser desacreditadas como teorías de la conspiración, ya que los desarrollos políticos reales les han dado la razón”.

¿Usted qué opina? Por mi parte opto por investigar más.