Analistas 31/07/2020

Yo gano, tu ganas

Regino Navarro Ribera
Consultor empresarial y coach

Todavía sigue arraigada en nuestra cultura la mentalidad del ventajoso, del “vivo”, que alardea de obtener siempre alguna ventaja en un negocio, de un trato o similar. Unas cuantas frases dibujan la caricatura de este personaje: “Yo siempre pido más a ver qué pasa”, “aprovecha que todo el mundo lo hace”, “si no te sirve este salario, pues hay mucha gente que ya lo querría”, “seguro que no ve la diferencia”, etc. Y además, cuando se comenta en alguna reunión, produce hilaridad y a los demás les parece lógico… “si no se dio cuenta allá ella”, “no hay quien se resista a fulanito”, “se trata de ganar, ¿no?”, “muy bobo que se dejó”. Añada usted otras frases parecidas.

Esta mentalidad ha sido la causa, a la larga, de que alguien que parecía buen vendedor se vaya quedando sin clientes, de que una negociación sindical se alargue eternamente hasta que al final nadie queda contento. Ha sido la causa de que empresas prestigiosas pierdan su reputación, etc. Otro ejemplo se da en aquellas empresas en las que coexisten dos discursos simultáneos, sin que nadie diga nada. Por ejemplo, se insiste en la necesidad de fidelizar a los clientes, y al mismo tiempo se exige a los equipos negociadores que aprieten porque la otra empresa “está pasando por un buen momento y tienen plata”. O cuando existe una carta de valores institucionales que incluye el respeto, y sin embargo, la relación jefe-empleado, se construye sobre el irrespeto.
Una situación paralela a esta se da cuando no se practica el paradigma gano/ganas. Pensemos en un matrimonio que han construido una relación sobre una mentalidad muy distinta a ésta, quizá sin darse mucha cuenta. En ese caso uno de los dos o los dos se siente perdiendo.

Pienso en temas como el manejo de las cargas del hogar, en la distribución de responsabilidades y del tiempo dedicado a la familia, en el manejo del dinero, en cómo se toman las decisiones sobre el número y la educación de los hijos, etc. Antes o después el sentido de pérdida de uno de los dos, sale a relucir y entonces aparece la rebeldía, la protesta, la discusión, el agravio…la crisis. Lo peor del caso es que las soluciones que se logran encontrar son bastantes superficiales…y por lo tanto se vuelven a presentar.

Tanto en el ámbito empresarial como en las relaciones familiares o sociales hay que aprender a pensar de otra manera, ver el mundo con otro foco. Se trata de acabar con el mito del ventajoso en la vida comercial, y con la mentalidad del ganador en la vida familiar y en la amistad, que, sin que nadie sea muy consciente, va estableciendo relaciones tóxicas porque las personas a su alrededor se sienten perdiendo, es decir poco valoradas, manipuladas, explotadas, e incluso humilladas.

La solución de fondo es no permitir que una relación se construya sobre la pérdida de alguien. O todos ganan o hay que hacer una parada en el camino para repensar las relaciones. Es necesario que uno de los dos asuma la actitud de construir una relación donde ambos ganen: “yo gano y tú también ganas”. Hemos llegado otra vez a la necesidad de desaprender para aprender de nuevo. Estamos ante un reto educativo de fondo.

Podríamos comenzar revisando y hablando en el hogar sobre qué bases se construyen las diversas relaciones familiares, para asegurarnos de que en todas ellas se viva el paradigma “todos ganamos”.

TEMAS


Relaciones de Trabajo - Conciencia de las relaciones - Negociación - Eficiencia Empresarial