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¿Debería Petro ser expulsado de la política colombiana?

Ricardo Mejía Cano

A pesar de que su carrera fue truncada por falta de transparencia y el caso Watergate, la política exterior de Richard Nixon cambió el mundo. Republicano, conservador y anticomunista, rompió con las convenciones ideológicas, reconoció los beneficios abrir relaciones con la China comunista y reformuló la geopolítica global.

De manera similar, Deng Xiaoping, líder del Partido Comunista Chino, se alejó de la ortodoxia marxista para adoptar políticas que promovieron la ciencia, la educación, la libre empresa y la cooperación internacional, transformando a la China en una potencia global. Su política estaba orientada a los resultados.

¿Debería el gobierno de Gustavo Petro adoptar un pragmatismo similar? Colombia enfrenta problemas apremiantes como la desigualdad económica, el conflicto armado y la defensa del medio ambiente. Si bien la agenda de Petro enfatiza la equidad social, la paz total y las reformas ambientales, con su dogmatismo excesivo ha sido incapaz de lograr avances. Debería ser más pragmático y trabajar en colaboración con diversos sectores, incluidos el sector privado, inversionistas extranjeros y los partidos de oposición.

Las reformas de Deng Xiaoping a finales del siglo pasado priorizaron la modernización económica. Al introducir las Zonas Económicas Especiales y permitir que las empresas privadas crecieran, Deng demostró que el socialismo podía coexistir con el capitalismo. Este modelo híbrido ayudó a sacar a millones de personas de la pobreza y estimuló décadas de crecimiento sostenido.

Petro, en lugar de buscar la estatización de la economía, debería apoyar la iniciativa privada y la innovación. Incentivar la inversión en tecnología, agricultura y las energías limpias, atraer inversión extranjera, acelerar el crecimiento económico y crear miles de empleos. En lugar de vilipendiar a los empresarios, debería trabajar con ellos.

México, EE.UU. y Canadá representan la tercera parte del comercio mundial y la fractura de las cadenas de suministro, debido a diferentes fenómenos mundiales, están obligando a las empresas de esos países a desarrollar proveedores cercanos geográficamente, afines culturalmente y en la misma zona horaria. Petro debería nombrar embajadores mejor preparados, capaces de entender los fenómenos mundiales, quienes en alianza con el sector privado podrían desarrollar una campaña para penetrar dichos mercados.

Deng puso especial interés en las inversiones en educación y ciencia. Consciente de la importancia del conocimiento como motor del progreso económico y social, envió a miles de estudiantes al exterior para aprender sobre las nuevas tecnologías y las mejores prácticas administrativas.

Colombia, como los demás países de Latinoamérica, necesita mejorar en educación. Es urgente introducir las reformas educativas necesarias para que los estudiantes mejoren sus habilidades en lectura, matemáticas y ciencias, aprendan un segundo idioma, adquieran un pensamiento crítico y entiendan la economía global.

¿Sabrá Petro quién fue Deng Xiaoping y todo lo que podría aprender de él? Deng con sus reformas sacó de la pobreza a cientos de millones de chinos, Petro con sus reformas está llevando a la pobreza a millones de colombianos.

La campaña de Petro se centró en la equidad social y la lucha contra la corrupción. Desafortunadamente sus políticas han significado un aumento de la pobreza y niveles de corrupción nunca vistos.

Petro ha puesto especial énfasis en la defensa del medio ambiente, pero su dogmatismo e incapacidad de entender los fenómenos económicos nos ha dejado sin la posibilidad de aprovechar nuestros recursos energéticos y sin ningún avance en el desarrollo de las energías limpias.

En el imaginario de Petro y en las películas que él se inventa y se cree, Colombia está mejorando. Sin embargo, las encuestas muestran que los colombianos, incluidos los estratos más bajos, sienten que su situación se está deteriorando y son muchos los indicadores que muestran que el país va mal.

La mejora de las relaciones internacionales con el acercamiento de Nixon a la China y la transformación de esta bajo Deng Xiaoping son testimonios del poder de la adaptabilidad, la innovación y la importancia de la apertura mental. Petro debería dejar su rigidez ideológica y reconocer que los resultados de sus políticas han sido desastrosos. Imitar menos a Maduro, a Castro y a Daniel Ortega y más bien seguir a los lideres que efectivamente han logrado transformar a sus países y conducir a Colombia hacia un futuro más próspero, equitativo y sostenible.

De lo contrario, debería ser expulsado de la política colombiana.

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