Analistas 03/11/2023

Gracias a Dios, Petro es presidente

Ricardo Mejía Cano
Gerente de Saladejuntas Consultores

En medio del pesimismo, la desesperanza y el desconcierto que invade a los colombianos, nunca habían sido tan positivas las posibilidades de recuperar el optimismo, el progreso y mejorar en equidad.

Desde sus años como militante del M19, Petro se ha opuesto a cualquier proyecto que implique una mejora para la sociedad.

La seguridad democrática del presidente Uribe devolvió el optimismo a los colombianos. Sin embargo, Petro, aliado con los terroristas, se opuso a todas las iniciativas de pacificación de Uribe. Todos lamentamos los falsos positivos, que bien es sabido Uribe no patrocinó y que Petro tanto ha publicitado. Este, sin embargo, nunca ha rechazado los asesinatos y secuestros de los grupos terroristas, ya sea en Colombia, Israel, o cualquier parte del mundo. La violencia y el terrorismo afectan principalmente a las clases menos favorecidas.

En 2003 en la vía La Ceja-Sonsón todo era desolación y abandono. En la década de 2010 se empezaron a observar cultivos de fresas, flores, aguacates, etc. Una región en que reinaba el desempleo y el pesimismo hoy disfruta de pleno empleo y un espíritu emprendedor desbordante. Lo mismo ha ocurrido en muchas partes del país. Desafortunadamente con la política de Petro de plegarse a terroristas y narcotraficantes, todos estos avances están en peligro.

Las autopistas 4G y 5G son fundamentales en la lucha por la equidad. Los campesinos serían los mayores beneficiados, en la medida que los fletes se reducen y su acceso a los centros de consumo se facilitan. Sin embargo, Petro se opone a dichas autopistas y les está reduciendo el presupuesto.

Nadie discute la importancia y prioridad que hay que darle a la transición energética. Pero suspender la exploración de petróleo y gas, antes de tener el más mínimo avance en la transición, castiga con mayor dureza a los más pobres. El retiro de la multinacional EDF Renewables de Colombia es otra muestra de la incapacidad de este gobierno de avanzar en la transición.

Para lograr un verdadero salto en equidad y progreso, tendríamos que hacer una reforma radical en la educación. Los profesores de los colegios privados ganan menos y tienen menores prestaciones que los de los colegios oficiales. Sin embargo, en las pruebas Icfes los colegios privados logran puntajes 30% mejor que los oficiales. Fecode, aliada incondicional de Petro, ha sido el mayor opositor a cualquier mejora en la calidad educativa.

Petro, la Primera Línea y los desmanes que con frecuencia promueven, en especial los de mayo de 2021, hicieron disparar la inflación, el peor enemigo de la equidad.

Quiere parar el metro de Bogotá por caprichos que no ha podido justificar. Los avances en salud y pensiones, sistemas sobre los cuales se pueden seguir construyendo mejoras, quiere eliminarlos para burocratizarlos. Acabar con la iniciativa privada y el sector empresarial es parte de su plan para frenar el progreso del país.

Afortunadamente el país se dio cuenta que Petro no ha hecho más que engañarlo. Es urgente diseñar una estrategia para sacarlo a partir de 2026. Será necesario que Álvaro Uribe, Andrés Pastrana, Germán Vargas (quien desafortunadamente se ha equivocado tantas veces con Antioquia) se unan e inviten a Cesar Gaviria y Dilian Francisca a que dejen el “mamertismo”, con el fin de lograr una gran alianza nacional. Convocar a unas primarias antes de 2026 y llegar a las elecciones presidenciales con un candidato único.

Sin Petro, quien ha obstaculizado el progreso los últimos 30 años, y el país unido en la lucha por el desarrollo, la equidad y contra el terrorismo y el narcotráfico, creceríamos de manera imparable los siguientes 30 años

Gracias a Dios Petro es presidente. Así aprendimos que hay que sacarlo de la escena política y que el futuro sin él será de esperanza, progreso y justicia.

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