La Franja de Gaza de Latinoamérica
viernes, 19 de julio de 2024
Ricardo Mejía Cano
Los pueblos árabes y judíos han hecho grandes contribuciones al desarrollo de la humanidad. Los árabes, luego de importantes aportes en matemáticas, medicina y las ciencias en general, perdieron el rumbo y ya no son ejemplo de progreso. Los judíos, por el contrario, convirtieron a su pequeño país en un motor de innovación y creatividad, que tiene maravillado al mundo.
Hace apenas 80 años Israel no existía. Sus orígenes estuvieron llenos de dolor, hambre, dificultades y guerras con todos los países vecinos. Cualquier otra raza habría desistido. La fuerza de los judíos, su determinación, su capacidad de lucha y trabajo, de afrontar y resolver desafíos que parecían imposibles de sortear, hicieron que, de un desierto sin futuro y rodeado de enemigos, surgiera un país con una de las mejores calidades de vida del mundo y potencia tecnológica. El futuro es lo que uno quiere.
El 7 de octubre de 2023, mientras los israelíes celebraban una de sus fiestas, fueron atacados por grupos armados palestinos, principalmente de Hamás, desde la Franja de Gaza. Un par de países Latinoamericanos se pusieron del lado de los palestinos en este nuevo conflicto. Es doloroso decirlo, y sin entrar en la discusión de quien tiene la razón en el conflicto, tomaron partido por quienes en esa área representan la pereza, el desorden, la incapacidad de brindar bienestar a sus pobladores, sin ningún propósito y siempre culpando a otros de su pobre condición.
Coincide con lo manifestado por Gustavo Bolívar en reciente reunión de la ONU: “la pobreza es producto del neoliberalismo, la injusticia tributaria y la corrupción”. ¿Se refiere a la corrupción en este gobierno? ¿Cómo se hizo él millonario?
Los colombianos debemos reconocer la importancia del trabajo duro
Gustavo Petro fue uno de los que se pusieron del lado de los palestinos. Ellos representan lo que él es: desorganizado, mantenido, fuerte ante el honrado, amigable con el corrupto y el terrorista, incapaz de promover acciones positivas.
Colombia enfrenta desafíos innumerables: inestabilidad política, recesión económica y conflicto interno, entre muchos otros. Seguir el ejemplo judío de trabajo, determinación, preparación, convencimiento de que se puede moldear el futuro, nos permitiría superar estos desafíos. Seguir el modelo palestino: no incentivar el esfuerzo, vivir de ayudas externas, culpar a otros, no estudiar y promover grupos terroristas sólo agravará nuestra situación.
El éxito de Israel está en gran parte en su énfasis en la educación y la investigación. Desde sus inicios, Israel invirtió fuertemente en estas áreas, entendiendo que el conocimiento y la innovación son motores críticos del desarrollo. Gracias a esta inversión, con recursos naturales limitados, Israel se ha convertido en un líder mundial en tecnología, agricultura e investigación médica.
Nosotros, como ellos, debemos fomentar el emprendimiento, la innovación y la diversificación industrial. Los líderes israelíes han articulado consistentemente una visión unificada del futuro y han implementado las políticas para alcanzarla. Esto incluye no sólo políticas económicas sino también esfuerzos para construir cohesión social e identidad nacional.
La capacidad de Israel para mantener la unidad nacional frente a amenazas externas y divisiones internas ha sido fundamental para su éxito. A pesar de sus diversos orígenes y opiniones, la población israelí a menudo se ha unido para abordar desafíos comunes. Esto les ha permitido implementar reformas difíciles y resistir las presiones externas.
Contrario a lo que ocurre en muchos de nuestros países, donde los gobiernos más que unidad, promueven la lucha de clases y la polarización. El alineamiento del presidente Petro con los palestinos y tenerlos como modelo nos llevará a mayor dependencia de las ayudas externas, mayor desorganización política y falta de atención a la educación y la innovación.
Los colombianos debemos reconocer la importancia del trabajo duro, la buena preparación, el orden, la disciplina y que el futuro lo moldeamos nosotros. De nuestras capacidades de aprender de otras experiencias positivas y descartar aquellas negativas, dependerá nuestro futuro y que no nos convirtamos en la Franja de Gaza de Latinoamérica.
Nota: esperemos que pronto la paz reinará entre judíos y palestinos.