El éxito de las medidas para enfrentar el coronavirus en Colombia requiere dos elementos fundamentales el consenso y la solidaridad. Se requiere consenso en torno a las prioridades que deben tener las políticas públicas y las acciones inmediatas del gobierno tanto en el ámbito de la salud como de las políticas económicas para enfrentar la crisis.
Al respecto, cabe resaltar que se está consolidando el consenso que la prioridad es la salud. Como lo expresó un grupo de economistas en estos días “el énfasis prioritario son las decisiones en materia de salud pública. Es esencial hacer todo lo necesario para aplanar la curva de contagio a través del confinamiento y buenas prácticas de cuidado, preparándose desde ya para aumentar la capacidad instalada del sistema de salud, que tiene un déficit importante de unidades de cuidado intensivo debidamente aisladas.
Aumentar el número de pruebas disponibles, el número de laboratorios que las realizan y acelerar el tiempo de respuesta de estos también resulta crítico en esta etapa de contención. La restricción hoy no es fiscal, es de gestión y dinamismo administrativo, que hay que acelerar a como dé lugar”. En esto está trabajando el gobierno y todas las autoridades de la salud pública a todo lo largo y ancho del país y para lograrlo es indispensable que los colombianos respetemos esta cuarentena estricta que estamos iniciando. Todos debemos ser solidarios con este propósito nacional y seguir estrictamente el mandato de las autoridades sanitarias del país.
Las medidas económicas que se ha propuesto desarrollar el Gobierno también deben desembocar en un consenso y conducir al respaldo solidario de los colombianos. El Gobierno Nacional ha anunciado acciones de apoyo con gasto social en la dirección correcta para mitigar el impacto económico sobre los más vulnerables, por medio de los programas de Colombia Mayor, Jóvenes en Acción y Familias en Acción, lo que cubre alrededor de 14 millones de personas.
No obstante, estas acciones solas resultarían insuficientes, pues como lo ha señalado una nota macroeconómica reciente de la Facultad de Economía de la Universidad de Los Andes, si bien el aumento de las transferencias monetarias puede cubrir los riesgos de la población pobre, es importante identificar a la población no pobre pero vulnerable, con trabajos precarios e informales para protegerlos frente a la caída de sus ingresos.
Esto lo ha entendido el gobierno y, según lo explicó el presidente Duque, para ello, se programa el giro de recursos a tres millones de informales que se encuentran fuera de los programas sociales del Gobierno. Además, se ha dispuesto prorrogar pagos de servicios públicos como el agua y la energía eléctrica durante la emergencia sanitaria, en tanto que la alcaldía de Bogotá como seguramente lo harán otras ciudades, postergaron las fechas de pagos de impuestos locales.
Para hacer frente a todas estas obligaciones presupuestales, el Ministerio de Hacienda está adelantando una importante estrategia para consolidar los recursos tributarios y del financiamiento público que son requeridos para desarrollar todos estos programas sociales. A estos recursos se deben adicionar los aportes solidarios de los que estamos en capacidad de hacerlos los cuales resultan fundamentales, como también lo es la solidaridad de los empresarios con estos programas y con sus trabajadores en esta época de crisis.