Considera que la actividad en Estados Unidos ya está recobrando ímpetu, apoyada por un sector inmobiliario en recuperación, mayor riqueza de los hogares, y condiciones más favorables del crédito bancario. Aunque en la actualidad el enfrentamiento político entre demócratas y republicanos ha llevado al cierre administrativo del gobierno federal estadounidense, las proyecciones del FMI suponen que este cierre será breve, y que el tope de la deuda, al que se podría llegar a mediados de octubre, se incrementará oportunamente. En la zona del euro, los indicadores de confianza de las empresas hacen pensar que la actividad ya está iniciando la recuperación. Al mismo tiempo, resalta que el crecimiento de las economías en los países emergentes se ha desacelerado.
Para la entidad, el crecimiento económico mundial será del 2,9% en el año en curso, ligeramente inferior al del año pasado y alcanzará el 3.6% en el año venidero. El impulso de la economía mundial provendrá de las economías avanzadas, cuyo producto se expandiría a un ritmo de alrededor de 2% en 2014, cerca de un punto porcentual más que en 2013. Para los Estados Unidos pronostica que las tasas de crecimiento alcanzarán 1.6% y 2.6% en el 2013 y 2014, respectivamente. Se proyecta que las economías de mercados emergentes y en desarrollo se expandirán alrededor de 4.5% y 5% en estos dos años, en tanto que para América Latina estima el crecimiento en 2.7% en el año en curso y 3.1% el venidero. Las cifras previstas para Colombia son de 3.7% en 2013 y de 4.2%, superiores al promedio de la región.
A juicio del FMI, los países emergentes enfrentarán los retos simultáneos de un menor crecimiento y el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales, en particular, como resultado de la finalización de la expansión cuantitativa en Estados Unidos. La normalización de las tasas de interés de las economías avanzadas probablemente conduzca a un vuelco parcial de los flujos de capitales hacia las economías más avanzadas. En vista de la fuerte dependencia de las materias primas en la región de América Latina y el Caribe, un riesgo externo clave adicional para la región es una caída drástica de los precios de las mismas. Además, en el caso particular de Colombia se enfrentan los retos de tipo fiscal y social que plantea el proceso de paz y el posconflicto.
Para la entidad multilateral la respuesta adecuada de los países emergentes ante los retos descritos debe comprender varios aspectos: Primero, deben ordenar su manejo macroeconómico definiendo mejor su marco de política monetaria y manteniendo la sostenibilidad fiscal. Segundo, deben dejar que el tipo de cambio se deprecie en respuesta a las salidas de capitales. Tercero, deberían tomar medidas prudenciales para salvaguardar la estabilidad financiera, dados los auges del crédito y los nuevos riesgos que plantea la reversión de los flujos de capitales. Cuarto, la consolidación fiscal debe proseguir su curso, a menos que las condiciones de financiamiento permitan una expansión fiscal si esta es requerida, y, quinto, debe emprenderse una nueva ronda de reformas estructurales, fortalecerse la inversión en infraestructura pública, y eliminar las barreras de ingreso a los mercados de productos y servicios. Las autoridades colombianas deben analizar la conveniencia y el modo de actuar en todos estos frentes.