Chat GPT y las preguntas que nos hacemos
Por estos días llenos de sucesos bélicos, de disputas ideológicas e incertidumbre financiera, un nuevo adelanto tecnológico ha logrado trasladar por instantes la curiosidad y masividad de los mensajes negativos: el Chat GPT.
Es un modelo de lenguaje natural desarrollado por OpenAI, que utiliza la tecnología de procesamiento de lenguaje natural para generar respuestas a preguntas y comentarios escritos por humanos en tiempo real. Este modelo tiene un enfoque de aprendizaje profundo para imitar la forma en que los humanos procesan y producen lenguaje. En su primera versión este chat bot ya contaba con 117 millones de parámetros, en la versión actual, la 3.0, Chat GPT procesa 175.000 millones de parámetros. El nacimiento de aplicaciones que remplazaran rápidamente algunas labores, es un hecho, detrás de Chat GPT vienen herramientas como Dall-E que con un nombre, un público objetivo y una breve descripción, desarrollan en segundos un logo, un manual de marca y una estrategia de mercadeo.
Hace poco conversaba con mi amigo Luis Londoño, un empresario adelantado en estos temas, que con paciencia me explica cada adelanto nuevo en materia de tecnología y NFTs. Le pregunté acerca de la revolución laboral y el posible futuro que causarán una andanada de aplicaciones como Chat GPT que están llegando al mercado rápidamente. Me respondió: “quién va a mandar la parada es quien logre hacer las mejores preguntas y plantear de una manera más adecuada las problemáticas a las herramientas de inteligencia artificial”.
Ante la coyuntura que vivimos esta respuesta de Luis, me hizo preguntarme: ¿será que los empresarios nos estamos haciendo las preguntas adecuadas? ¿Será que tan siquiera hemos cambiado las preguntas que nos hacíamos hace 10 años? ¿Será que nuestros miedos y nuestras esperanzas tienen como fundamento las mismas viejas preguntas de los viejos anclados en las nostalgias pasadas?
En la circunstancias que vivimos aún existen empresarios que consideran que la solución está en los políticos y no en el tipo de liderazgo que desde sus empresas ejercen. Aún existen emprendedores que no entienden que lo que necesita el país es un cambio de mentalidad y no simplemente un cambio de políticos. Llevamos varias décadas considerando que apoyando una campaña política vamos a proteger el país de las políticas anti empresa, anti familia, anti libertad. Lo que ha pasado en el transcurso de los años es que hoy la realidad nos enfrenta a los resultados conseguidos y podemos ver un país en mejores condiciones, pero con una peor mentalidad ante el trabajo honrado, ante las empresas y emprendimientos, ante la defensa de la libertad ¿Será que este cuento si consiste simplemente en apoyar políticos? ¿O será más bien que es un asunto de mentalidad? Los políticos cambian promesas por votos, y es por eso que el día que elevemos la mentalidad de toda Colombia, incluyéndonos a nosotros mismos, los políticos tendrán que elevar sus discursos para poder conseguir sus tan preciados votos.
En medio de los puntos negativos que tienen herramientas como Chat GPT, no per se, sino por el uso que les damos, me surge la tranquilidad propia de la globalización del conocimiento y de cómo este tipo de aplicaciones servirán para combatir las mentiras predicadas y repetidas por un grupo de mercaderes que vieron el negocio de la mentira y la ideologización como una actividad lucrativa.
Para finalizar le pregunté al Chat GPT, qué significaba ser empresario y me respondió:
“Un empresario es alguien que asume el riesgo de iniciar y administrar un negocio, y se esfuerza por identificar oportunidades y crear soluciones para satisfacer las necesidades del mercado y mejorar la vida de los demás. Ser empresario no se limita a la creación de empresas, sino que también se aplica a los propietarios de pequeñas empresas y emprendedores independientes que trabajan por cuenta propia, todos somos empresarios en alguna medida. En resumen, ser empresario implica tener una mentalidad innovadora, ser capaz de tomar decisiones informadas y estar dispuesto a asumir riesgos”.
Seamos también empresarios de ideas, empresarios de liderazgos, para dejar la mediocridad que nos pone en manos de políticos, y construir el futuro de este país que amamos.