Lecciones del General José María Córdova para la Colombia de hoy
En Antioquia hemos tenido una obsesión con la Libertad, inclusive nuestro himno reza: que “llevamos el hierro entre las manos porque en el cuello nos pesa”. Y en ese camino es imposible hablar de libertad sin referirnos a un hombre que cambio con su valentía y coraje, el rumbo de Antioquia y Colombia toda.
Colombia atraviesa tiempos convulsos, plagados de incertidumbre y cuestionamientos sobre su futuro democrático. En estos momentos de crisis, cuando las estructuras institucionales parecen tambalear, resulta imprescindible apelar a lo más profundo de nuestra historia, para encontrar inspiración y guía. Y aunque la narrativa nacional ha colocado a Simón Bolívar como el epicentro de nuestra memoria, es en el General José María Córdova en donde encuentro un faro de valores que merece iluminar nuestro presente.
Córdova no solo fue un estratega militar brillante, sino un defensor inquebrantable de la libertad. Su vida encarna los principios que, como sociedad, necesitamos rescatar: la valentía frente a la tiranía, la lealtad a los ideales superiores y el sacrificio por la patria. Córdova, fue el héroe de la Batalla de Ayacucho, donde aseguró la independencia de Sudamérica.
Pero más allá de sus logros en el campo de batalla, su legado más profundo está en su valentía para defender la libertad frente a cualquier amenaza, incluso cuando provenía de antiguos aliados como Simón Bolívar. En 1829, cuando Bolívar buscó perpetuar su control sobre la Gran Colombia, Córdova se alzó en defensa de los principios republicanos, poniendo los ideales de la patria por encima de su propia vida.
Este acto de valentía, que culminó trágicamente en la Batalla de El Santuario, nos deja 3 lecciones fundamentales para el momento actual:
1. La libertad como valor supremo: José María Córdova entendió que la libertad no es un lujo ni una concesión, sino un derecho que merece ser defendido a toda costa.
2. La resistencia al autoritarismo: su oposición a Bolívar demuestra que incluso las figuras más veneradas pueden errar cuando se apartan de los principios que prometieron defender.
3. La lealtad a los ideales, no a los hombres: en un país que a menudo idolatra a los líderes, Córdova nos enseña que la verdadera lealtad debe ser hacia los valores de justicia, libertad y democracia, no hacia quienes detentan el poder.
José María Córdova murió en la plenitud de su vida a sus 30 años de edad, pero su ejemplo vive en cada colombiano que defiende la libertad, la justicia y la institucionalidad. En este momento crítico, debemos recordar su legado no como un símbolo estático del pasado, sino como una llamada a la acción en el presente.
La historia nos ha enseñado que las instituciones democráticas son frágiles y requieren protección constante. Como ciudadanos, tenemos la responsabilidad de exigir respeto por las reglas que sostienen nuestra República.
Hoy, como en el tiempo de Córdova, la lucha por la libertad no admite silencios ni neutralidades. Que su legado inspire a Colombia a mantenerse firme frente a cualquier intento de socavar los principios que nos definen como nación.
Post scriptum: vale la pena resaltar la carta que, en medio de los descontentos por el devenir de la patria, José María Córdova le escribió a Bolívar: “He venido […] donde el pueblo, invocando la libertad […] he jurado sostenerla, y morir antes que sufrir la tiranía en Colombia.”