Analistas 14/10/2022

Vámonos todos

Roberto Rave Ríos
Presidente ejecutivo Laick - Cofundador Libertank

¿Y ahora quién podrá defendernos? Recitaba la famosa parodia del Chapulín Colorado. ¿Quién podrá sostener la incertidumbre profunda que afrontamos? ¿Quién logrará brindarnos certezas en medio de un mundo lleno de conflictos y guerras? ¿Quién logrará atajar la crisis de la cadena logística mundial? ¿Quién garantizará el suministro de gas y energía en medio de tal vez la crisis más honda de los últimos 50 años? ¿Quién contendrá la crisis inflacionaria y con ella el aumento de los precios en los alimentos? ¿Quién nos garantizara que no habrán otras nuevas pandemias? ¿Quién detendrá la tendencia de Estados cada vez más grandes y poderosos y ciudadanos cada vez más pequeños, menos libres y más dependientes? ¿Quién cortará la distancia profunda de los viejos y tradicionales líderes con una juventud incomprendida y poco escuchada? ¿Dónde encontrar esperanza? ¿Dónde encontrar el camino?

El mundo parece deshacerse en las manos de los líderes actuales. Tal vez la premisa de un Estado grande y poderoso creado a partir de narrativas falaces ha desbordado su empaque, su presentación elegante y llamativa. Entonces, miramos al cielo y nos damos cuenta que nadie solucionará nuestras incertidumbres, que no existe tal cosa como un Estado con poderes Divinos que con un chasquido de dedos logre superar todos los problemas que padece nuestra existencia terrenal. Entonces Descubrimos que hoy no tenemos para donde irnos, que la crisis tal vez no es nacional sino mundial, que cedimos terreno y la solución no es partir a otro lugar sino más bien recuperar los vacíos que dejamos.

Porque también cabría preguntarse ¿qué sería de un Estado “todopoderoso” sin los impuestos que pagan los empresarios de todos los tamaños? En Colombia ya hay ejemplos sobre lo que ocurre cuando los empresarios del país se detienen: El 7 de mayo de 1957 los industriales, comerciantes, empresarios del país detuvieron sus actividades como protesta al mal gobierno de Rojas Pinilla, lo que derivó en la terminación de su mandato.

Liderar la agremiación de los Influenciadores (Laick) ha cambiado muchas premisas fundantes de mi vida. Ver jóvenes nacer en mundos llenos de incertidumbre, de frustraciones, de dolores, de pocas oportunidades. Escuchar sus historias de superación, ver sus batallas y la manera en que encuentran soluciones en medio del vacío, de la oscuridad, ha sido edificante y ha motivado nuevas reflexiones sobre las crisis y la premisa de la responsabilidad individual consciente vs la balacera de exigencias y derechos para absorber el discurso del “deber”. Inclusive he podido experimentar la distancia profunda que existe entre los líderes tradicionales y una juventud llena de fuerza y de anhelos pero carente de referentes porque la lejanía y la soberbia intelectual de algunos, trastoco la unión y eliminó la admiración a las generaciones anteriores.

La realidad supera las narrativas y los cuentos fantásticos de utopías inalcanzables sin el esfuerzo propio y el sudor del agotamiento por la batalla luchada. Entonces nos damos cuenta que las promesas no se transforman en una vida gratis, que la espera se vuelve incesante y que el Estado no pondrá la comida en nuestra mesa. Los dos países que han prometido un aumento del tamaños del estado y mas subsidios, son los de las perspectivas económicas mas problemáticas, según el fondo monetario internacional: “El frenazo será bastante generalizado en toda la región, pero llama la atención lo fuerte que es en los dos países que más recientemente han elegido presidentes izquierdistas.

En el caso del Chile de Gabriel Boric, el FMI cree que su economía pasará de crecer 2,2% este año a contraerse 1,0% en 2023. Será el único gran país de la región en negativo, y además mantendrá una elevada inflación (11,6% y 8,7% en 2022 y 2023, respectivamente). El otro frenazo más brusco es el de la Colombia de Gustavo Petro.La economía pasará de una velocidad de crucero con la que está creciendo 7,6% este año a solo expandirse un 2,2% en 2023”.

No nos vayamos. Quedémonos todos, no esperemos redentores. Los redentores somos nosotros mismos. La humanidad ha salido de grandes crisis, la humanidad ha superado dos guerras mundiales, más de 20 pandemias y una serie grande e importante de locuras de gobernantes que han creído ser Dioses en la tierra. Los grandes cambios están en las pequeñas cosas. El primer cambio puede ser el de vivir con esperanza y alegría las dificultades actuales para luego hacernos cargo de nuestro papel en la historia. La queja y el negativismo poco o nada aportan a la situación actual. Quedémonos todos. ¡Vale la vida, vale la pena!

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