La decisión del 10 de diciembre de la Junta Directiva del Banco de la República de nombrar a Leonardo Villar como Gerente para el período 2021-2025 es una buena noticia. La decisión fue recibida positivamente por la comunidad financiera y por los analistas de temas económicos. El relevo en la gerencia de la autoridad monetaria se hizo de forma ordenada, de acuerdo a las normas institucionales y los procedimientos vigentes.
La decisión adoptada constituye un respaldo a la independencia del Banco de la República y una confirmación de su carácter estrictamente técnico. Conviene tener presente que dicha independencia respecto a todos los gobiernos, establecida por norma constitucional, no lleva implícita una actitud de confrontación. Tampoco representa un obstáculo para lograr una estrecha coordinación con las directrices de la política económica gubernamental y con el Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Lo que sí significa es que no hay, ni debe haber, una subordinación del banco central al gobierno de turno.
Ese concepto constituyó un elemento de las deliberaciones de los miembros de la Junta Directiva del Banco. Por una parte, el actual Ministro de Hacienda presentó su candidatura a la gerencia del Emisor. Por otra, tanto el gobierno como los voceros del partido de gobierno hicieron explícito su apoyo a esa candidatura. Este hecho le imprimió a la elección un contexto político inconveniente.
El proceso de votaciones sucesivas redujo el número de aspirantes finalistas a tres personas, entre ellas una mujer, con las características técnicas, académicas y de experiencia profesional requeridas. Pero uno de los finalistas formaba parte del gobierno y era percibido como el candidato que el gobierno prefería.
Los miembros de la Junta Directiva del Banco son y deben ser los celosos guardianes de la independencia del mismo. Llegado el momento de escoger entre tres finalistas altamente calificados, optaron por el candidato que consideraban más indicado para garantizar la independencia del Banco.
Como Director Ejecutivo de Fedesarrollo, y como representante por Colombia en el Directorio del Fondo Monetario Internacional, Leonardo Villar ha mantenido relaciones cordiales con los dos últimos gobiernos. Por haber desempeñado durante doce años el cargo de codirector del Banco de la República, conoce bien el funcionamiento de la autoridad monetaria. Su experiencia reciente en Washington le ha permitido familiarizarse con las entidades internacionales relevantes para la economía nacional.
En Colombia se ha ido conformando cierto consenso acerca de los beneficios que conlleva un banco central independiente. Este es un tema que no debería ser controversial. Para los especialistas, la independencia del banco central es un factor de estabilidad macroeconómica. Un amplio sector de la opinión pública lo asocia con el objetivo de disponer de una moneda sana. Por lo demás, es previsible que se logrará establecer una relación armónica entre el Ministerio de Hacienda y el Banco de la República.
La independencia del banco central forma parte integral del ordenamiento institucional del país. Es un componente fundamental de la estructura económica contemporánea que debe valorarse y protegerse.