El 2025 ha sido un año turbulento, abundante en conflictos y motivos de preocupación. No obstante, en consonancia con el espíritu navideño, considero adecuado encontrar un tema que contribuya a levantar los ánimos, más bien que a reiterar las causales de inconformidad. Para hacerlo, voy a describir un episodio de mi experiencia gubernamental y acudir a una referencia literaria.
El presidente Alfonso López me observaba que yo acostumbraba preocuparme en exceso acerca de eventuales infortunios, los cuales nunca ocurrieron. En efecto, esa es una faceta de mi personalidad. En un país tan diverso, con una economía compleja, las posibilidades de que las cosas salgan mal son numerosas. Prever posibles escenarios negativos y diseñar formas de anticiparlos era parte de lo que consideraba ser parte de mi responsabilidad.
La alusión literaria es al relato de Sir Arthur Conan Doyle acerca de las hazañas de Sherlock Holmes, el famoso detective de la era victoriana, en la cual la solución de un caso delincuencial difícil consistió en que el perro no ladró la noche de los acontecimientos. Así pues, esta columna se refiere a un hecho negativo, a una calamidad que no sucedió durante el año que termina.
La inmigración internacional es un tema que ha adquirido prominencia en las agendas políticas de los países receptores. En el Reino Unido, por ejemplo, la animadversión a la inmigración fue uno de los factores que impulsaron la decisión de retirarse de la Unión Europea, conocida como Brexit. Esa decisión, que ha tenido un elevado costo económico, es percibida ahora por el sector mayoritario de la opinión británica como un error, que será políticamente difícil de corregir. Nigel Farage, un dirigente político identificado con Brexit, es el líder de un nuevo partido, Reform UK, cuyo programa incluye la restricción de la inmigración. Los partidos de extrema derecha de varios países europeos han adoptado posturas de rechazo a la inmigración.
En Estados Unidos, el asesor presidencial Stephen Miller ha enarbolado la bandera de la xenofobia y la hostilidad a los inmigrantes para promover la expulsión masiva de inmigrantes. En Chile, el presidente electo, José Antonio Kast, se propone expulsar del país a 340.000 inmigrantes indocumentados.
Como resultado del colapso económico y la represión política en la nación vecina, Colombia ha recibido un número considerable de inmigrantes. Se estima que entre 2017 y 2023 ingresaron al país cerca de tres millones de venezolanos, algunos de ellos en forma irregular. Mi temor, cuando el fenómeno migratorio se hizo evidente, era que surgiera algún personaje que tratara de promover la xenofobia y el rechazo a los inmigrantes. Ese resultó ser otro de mis temores infundados. Se implementaron políticas públicas para facilitar el acceso a los servicios sociales y al mercado laboral de los inmigrantes. La acogida que han recibido los migrantes venezolanos es una muestra de lo que Albert Camus denominaba decencia elemental.