¿Cómo el crecimiento económico puede acompañar el crecimiento urbano de calidad? Estudio de caso de Bogotá, desafíos y oportunidades.
Según el último reporte “RED 2017: Crecimiento urbano y acceso a oportunidades: un desafío para América Latina” de la CAF, Banco de desarrollo de América Latina, las ciudades latinoamericanas se encuentran en período de desafíos económicos, políticos y sociales.
Las economías, cada vez mas significativas, acompañan el desarrollo económico pero también el crecimiento urbano que constituye un reto. Este reto, que el RED 2017 conceptualiza con el término de accesibilidad, es particularmente importante en América Latina, pues se trata de la segunda región más urbanizada del mundo después de América del Norte y la de mayor crecimiento de la población urbana en las últimas décadas.
Las políticas públicas se enfocan en el acceso a oportunidades. El objetivo es analizar cuáles son los elementos que explican este fenómeno y cómo mejorar el crecimiento urbano.
Los desafíos cuantitativos
Una de las características fundamentales de la vivienda es decir que la cantidad de vivienda que se consume aumenta cuando se incrementan los ingresos económicos.
Se trata, por tanto, de una razón por la cual es esperable que el desarrollo económico venga acompañado de ciudades más extensas y menos densamente poblabas.
Esta relación entre cantidad de vivienda consumida e ingresos también se observa en los datos transversales de la CAF 2016. Esta ley no se aplica a Bogotá.
Dicha relación, a nivel de hogar por ciudad, muestra que en todos los casos la correlación es positiva. En promedio, para la región, un aumento de 10% en los ingresos del jefe de hogar se asocia a un incremento de 2% en el metraje por persona de la vivienda. Pero existen importantes diferencias entre ciudades.
Ciudad de México, Fortaleza y Quito presentan la relación más estrecha entre estas variables: un aumento de 10% en los ingresos se corresponde con incrementos de alrededor de entre 3% y 4% en el metraje por persona.
En el otro extremo, para Bogotá y Caracas no hay correlación (el consumo de espacio no se mueve con el ingreso).
Los déficits cualitativos
Una manera tradicional de evaluar el desempeño del sector de la vivienda es estimar el porcentaje de hogares que habitan unidades “deficitarias”. Este enfoque responde a la noción de que hay ciertos criterios mínimos de calidad que constituyen una vivienda “digna” y cualquier construcción que no alcanza tales estándares es deficitaria.
Realizar un ejercicio de esta naturaleza requiere, primero, definir el conjunto de atributos que se tendrán en cuenta para evaluar la calidad habitacional.
Las mediciones existentes resaltan la importancia de la calidad de los materiales de construcción, la relación entre la cantidad de habitaciones y el número de miembros del hogar, la conexión a servicios básicos (agua, electricidad, red cloacal) y la seguridad.
En segundo lugar es preciso establecer los umbrales de suficiencia de cada uno de estos atributos: qué materiales de construcción son deficitarios, cuántas habitaciones debe tener la vivienda, qué constituye una tenencia segura, etc.
Esta metodología permite calcular el déficit habitacional cualitativo en una población como la tasa de hogares que viven en unidades deficientes.
Las tasas de déficit habitacional no son uniformes en el sistema de ciudades al interior de un país. Los datos de Colombia permiten observar la relación negativa entre el tamaño de la ciudad y el porcentaje de viviendas que sufren déficit cualitativo.
Las ciudades más pequeñas tienen una fracción más alta de familias habitando unidades de calidad insuficiente. Esto podría estar asociado a una peor provisión de servicios públicos en las ciudades secundarias, lo que a su vez podría constituirse en un factor de empuje migratorio hacia las urbes más grandes.
Entre los desafíos cuantitativos y cualitativos se encuentran los retos de los transportes. El crecimiento urbano aumenta el uso diario del transporte de los latinoamericanos: ciudades más amplias, distancias más elevadas implican un tiempo elevado en los transportes.
La ciudad de Bogotá, comparada con las 11 ciudades de América Latina tiene el tiempo de viaje en el transporte público mas elevado. Mejorar la calidad del transporte público es un objetivo prioritario de las políticas públicas urbanas.
Observamos que todas las capitales latinoamericanas enfrentan las mismas problemáticas: densidad poblacional fuerte, movilidad urbana alta, infraestructura inequitativa. Las políticas públicas tienen sin duda un impacto significativo sobre la calidad de una ciudad.
Este informe económico muestra como se pueden resolver los objetivos de crecimiento económico como tal urbano con una buena gestión metropolitana.
Los desafíos para Bogotá son muy claros. Bogotá tiene retos importantes pero ya empezó su transformación positiva ; Bogotá sostenible, Bogotá segura, Bogotá humana. Las oportunidades se focalizan hoy en las transiciones energéticas y sostenibles, en lo que Bogotá necesita enfocarse.
El análisis del “cost-benefit” está clara : la prioridad está en el bienestar de los hogares, priorizar el espacio, invertir en transporte seguro, rápido y limpio; estos contribuirán a una inversión financiera y del capital humano, que vuelva en un valor agregado necesario para el crecimiento económico a largo plazo.