Analistas 27/12/2025

Equilibrio energético en China

Sandra Fonseca
Directora Ejecutiva de Asoenergía

Recientemente, en la reunión conocida como la COP 30 en Belém, Brasil (Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), China se presentó como el campeón de la economía verde y propuso reducir entre un 7% y un 10% sus emisiones de aquí al año 2035. Paralelamente, este país domina el mercado mundial de producción de tecnologías limpias, en particular paneles solares y vehículos eléctricos, con inversiones descomunales en energías limpias. Sin embargo, esta economía es a la vez el mayor emisor mundial de CO₂, debido a sus innumerables centrales térmicas a carbón y a un consumo energético en el que cerca de una tercera parte es cubierta con electricidad, mientras que, desde el lado de la oferta, domina la producción de insumos y productos para las tecnologías de la transición energética mundial. En términos de abastecimiento energético, China se propuso desarrollar 1.200 GW solares a 2030, y lo está logrando.

Solo en los primeros seis meses de 2025 instaló más de 210 GW solares y más de 51 GW eólicos adicionales (recordemos que la meta, aún incumplida de Colombia en este gobierno, es de 6 GW). No solo eso, China está paralelamente construyendo la infraestructura de transmisión y conexión más impresionante del mundo, con redes de extra y ultra alta tensión, respaldadas por instalaciones masivas de baterías para asegurar el equilibrio de la red. Este esfuerzo no es extraordinario únicamente por su tamaño, magnitud y alcance, sino también por la aplicación sistemática de innovación tecnológica.

A su vez, creciendo en todas las tecnologías y utilizando todos los recursos energéticos, China está alcanzando un equilibrio en el que la demanda de energía basada en electricidad se aproxima al consumo de carbón, tanto en el sector residencial como en el industrial. Al mismo tiempo, los vehículos eléctricos permiten un balance entre la electricidad y los combustibles carburantes: hoy cuentan con autonomías superiores a 400 km, recargas de menos de 10 minutos y baterías mucho más ligeras, incluso para el transporte de carga. Se ha reportado que más del 84% de la nueva demanda, es decir, del crecimiento energético, es abastecida con energía limpia. Así, China no solo transforma su mercado energético interno, sino también la producción tecnológica que abastece al resto del mundo con equipos más eficientes y suministros más económicos. Esto ocurre no solo en la tecnología solar, que ya supera el 24% de eficiencia, sino también en la eólica offshore y en soluciones de almacenamiento cada vez más accesibles. Al final, se nos presenta como un ejemplo para Colombia sobre el equilibrio deseable y alcanzable, entre crecimiento y producción, entre sostenibilidad y eficiencia.

Este líder energético no solo demuestra que es pionero y está decididamente a la vanguardia tecnológica, sino que además nos confirma que es posible crecer y aprovechar los beneficios de contar con un suministro energético robusto y suficiente. Me temo que, en nuestro país, el crecimiento esté limitado por el abastecimiento energético: más que un bajo crecimiento de la demanda, enfrentamos un nulo crecimiento de la oferta, sin olvidar que esta oferta resulta ineficiente y costosa en términos económicos y de proyección real. Tengamos en cuenta que China llegó a esta condición porque tomó una decisión clara y de largo plazo, y avanza de manera consistente en su objetivo de convertirse en una fuente real de soluciones energéticas, un camino que debemos observar con atención.

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China - Energía