Esta semana se reúne la demanda energética no regulada, es decir, la que se percibe como intensiva y decisiva en la posición de negociación de precios, pero que esta en proceso de búsqueda constante de participación real y efectiva en la gestión integral de su consumo y estrategia de proveerse en el contexto de una transición energética confusa y delineada difusamente. Asoenergía es un gremio único en nuestro sector, destacado por su independencia, análisis detallado sectorial, elaboración constructiva de propuestas, donde con una alta representación de la Demanda No Regulada del mercado energético agregada del país, reúne algunas de las empresas más intensivas en el uso de la energía eléctrica, gas natural, biomasa y carbón, y combustibles centrados en la productividad del sector industrial y comercial de nuestra nación; basta decir en todo caso en conjunto con nuestros afiliados, en Asoenergía estamos alineados con las preocupaciones de toda la demanda y del consumo final de energía.
Estamos esperanzados en que este gobierno por fin adopte soluciones largamente diagnosticadas y esperadas para lograr un suministro energético efectivo, eficiente y sólido que ha venido deteriorándose en la medida en que las acciones de gobernanza han desconocido los resultados, contrarios a los objetivos de política sectorial de nuestro marco legal vigente.
Sin embargo, más allá de un reconocimiento verbal de la situación, pocas acciones reales se han observado. Por esto creemos que nuestro Congreso Asoenergía 2023: “Usuarios para la energía: Transición Energética Natural”, es una oportunidad única y pertinente para que aportemos en las decisiones concretas, claras y necesarias que permitan contar con precios asequibles, desarrollo y crecimiento sostenible, y una respuesta adecuada desde la demanda, la cual reiteramos no es inelástica ni pasiva, sino largamente ignorada. En medio de las alertas por el efecto en los precios de energía eléctrica por la expansión retrasada, de conexiones de transmisión débiles, saturaciones de redes de energía en las regiones, restricciones de gas y espera de déficits de suministros de manera casi inmediata, el panorama no es alentador, y que sí bien no tiene origen en este gobierno, si sufre de su inoperancia y ausencia crítica.
Vemos como el mundo reacciona a cambios en balances de oferta y demanda de energía, crece en portafolios y tecnologías, aprende a entender las potencialidades de la flexibilidad de la demanda, busca mecanismos de respuesta y abre posibilidades de acción estratégica de los usuarios; mientras en estos lares, nos quedamos con la retórica y la nula acción de la supervisión, el silencio del Ministerio de Minas y Energía -MME-, el lento aprendizaje pero al menos esperanzador obrar de la Unidad de Planeación Minero Energético -Upme-, y la histórica base jurisprudencial de la Comisión de Regulación de Energía y Gas -Creg-, cuya poderosa mano aún no se siente.
No todo es triste porque la tecnología nos arrastra, el acceso a la información nos abre puertas, nuestros recursos naturales nos auxilian, y nuestra gente conocedora y potente nos abre soluciones. Los temas fundamentales en evolución requieren de estrategias para el natural comportamiento humano que impone retos no solo para la oferta, sino también para la demanda. En este balance enfatizamos nuevamente la importancia, desarrollo y participación de la demanda en el mercado de energía eléctrica y gas. Con el propósito de analizar sobre las acciones y decisiones esenciales que se deben tomar en el país, para un mejor tránsito en la transformación energética, queremos darles la bienvenida a estos planteamientos, y que entre todos podamos hacer un análisis y profundizar sobre las señales económicas y los esquemas de participación para una Gestión Integral de la Demanda que aporte en la reindustrialización económica del país. Solo necesitamos un oído presto, inteligente y acucioso, que tome las herramientas y continúe construyendo nuestro futuro.