La competitividad se convierte hoy por hoy en un concepto muy amplio que va desde la capacidad que tienen las empresas para realizar alianzas realmente estratégicas, crear redes, clústers, generar productos altamente sofisticados y diferenciados, reconversión, hasta la implementación de estrategias que permitan poner los productos en cualquier parte del mundo en el menor tiempo posible, utilizando eficientemente los recursos y generando ganancias crecientes de los mismos.

La logística es un factor fundamental para alcanzar esta competitividad tanto en los mercados nacionales como en los internacionales. El buen desempeño logístico comprende un conjunto de variables –como infraestructura, competitividad y calidad en servicios de transporte; eficiencia y eficacia en aduanas y puertos; capacidad de seguimiento y localización de mercancías, entre otros–, que permiten optimizar los tiempos y costos de transporte, almacenamiento y distribución, desde la fase de suministro hasta el consumidor final.

El informe de competitividad presenta tres fases que debe tener un país para lograr un crecimiento sostenido en el mediano y largo plazo, cabe resaltar que la logística se encuentra presente en cada una de las etapas. En la primera fase: condiciones básicas, en el pilar de infraestructura de conectividad que involucra variables como costo de transporte terrestre a puerto y a mercados internos.

Por otro lado, dentro del pilar medio ambiente y su variable disposición adecuada de residuos sólidos, la gestión de la logística inversa permite un control eficiente y costo óptimo de residuos. Adicionalmente, una buena gestión podría identificar nuevas oportunidades de negocios a partir de esos residuos industriales, generando así un valor agregado en el producto y al servicio.

En la segunda fase, denominada eficiencia, con su pilar de educación superior y capacitación, la generación de nuevas ofertas de programa como logística, acorde a las tendencias internacionales, enmarcado dentro de un mundo globalizado que permita reinventarse y solucionar con prontitud y eficiencia los cuellos de botella de una organización; generar nuevas ideas de negocios que puedan llevarse a cabo y mantenerse en el mercado; contribuirán a transformar el aparato productivo de un país.

En la tercera fase se tiene sofisticación e innovación con sus subpilares sofisticación y diversificación e innovación y dinámica empresarial.
Según Housman, un país puede tener ese crecimiento sostenido en el mediano y largo plazo de tres formas: 1. Productividad, 2. Aumento en la calidad de producto, y 3. Sofisticación.

En estas tres diferentes formas de crecimiento, la logística y producción se constituyen en parte fundamental para lograr este crecimiento, al encargarse de realizar una adecuada selección de proveedores, implementar procesos de producción que permitan generar productos y/o servicios sofisticados e innovadores y por último al implementar estrategias de distribución tanto a nivel nacional como internacional que hagan que los productos puedan llegar a cualquier parte del mundo en el menor tiempo posible, costo y en las condiciones adecuadas.

Con el fin de conocer las mejores prácticas que actualmente se están implementado en temas logísticos y de producción, la Universidad del Rosario a través de la Escuela de Administración con el programa de Administración en Logística y producción realizará su Quinto Congreso Internacional de Logística que contará con la participación empresas como Tostao’, Stanton, Alpina, Cemex, BAT, Knuhe Nagel, Celpa Zona Franca y Miniso, entre otras.

Estas conferencias y workshops muestran las innovaciones que se están implementando en cada una de estas compañías y los retos con los que se han enfrentado a la hora de poner en marcha estas nuevas prácticas.