Analistas 14/06/2025

Augusto Rodríguez, renuncie

Sea quien sea el responsable directo del atentado contra la vida del senador Miguel Uribe, el acto de violencia más lamentable y bajo en las últimas décadas en Colombia, hay dos responsabilidades más. Un responsable político, que es el Gobierno, y un responsable administrativo. También el ejecutivo.

La persona que reúne las dos responsabilidades secundarias, además con posibles consecuencias penales, es Augusto Rodríguez.

El controversial director de la UNP debió haber salido del Gobierno mucho antes por sus roces con la primera dama y Laura Sarabia, por hacer investigaciones que no le correspondían creyendo ser la policía privada del Presidente, por hablar irresponsablemente de teorías sobre Pitufo sin que tuviera él ninguna labor de inteligencia en el Gobierno. Pero lo que pasó el sábado es inaceptable. Estimado director, en sus manos estaba la seguridad de un líder político de oposición que es además precandidato presidencial. Su labor fracasó y cuando se fracasa de semejante manera hay consecuencias. Al menos en los gobiernos serios y decentes eso es lo que pasa.

En una entrevista reciente, Rodríguez dijo que no podían incrementar los esquemas de seguridad de los precandidatos porque la fase de la campaña era muy primaria y no había candidatos definidos.

Uribe Turbay estaba en el lugar de su atentado con dos escoltas que lo acompañaban, según varias fuentes dentro de la UNP. Habría una falla porque un tercer escolta, que debía estar con él, se encontraba en un mecanismo cuestionado para reducir gastos que se llama auto relevo.

Miguel Uribe Turbay está en una UCI, entre otras, porque el Estado desatendió sus solicitudes de seguridad. Más de 23 en total en los últimos meses. Una tras otra vez, la UNP que usted dirige rechazó sus correos y argumentó que no se podía bajo cualquier pretexto. Miguel Uribe Turbay estaba recorriendo el país y las calles de Bogotá argumentando que debía prohibirse el consumo de drogas e intervenir las ollas de microtráfico. Evidentemente riesgoso.

“Estamos en un escenario en donde algunas personas, por la polarización que hay en el país, están asumiendo unos riesgos más altos por sus propias posiciones políticas”, dijo Rodríguez el sábado minutos después del atentado. Increíble.

Eso ya no tiene que ver con responsabilidad política. Sino con sentido común, con falta de humanidad y con pretextos para la mediocridad en su responsabilidad de proteger especialmente a la oposición para garantizar la democracia.

Director, usted es el responsable político y es el responsable administrativo de las fallas de la entidad de la que está a cargo. Que un precandidato presidencial esté al borde de la muerte porque lo cuidaban solo dos personas en un país con más de 20 grupos armados ilegales organizados es una ignominia.

Lo que pasa en Colombia duele. Mi generación jamás creyó que esto pudiera ocurrir otra vez. Un país que se sigue matando por cualquier razón. Uno en el que existe un portafolio de servicios de sicarios, niños asesinos también, para cualquiera que esté dispuesto a pagar. No importa quién sea la víctima no el victimario.

A veces llegan pensamientos dolorosos de que Colombia no vale la pena. Arriesgar tanto la vida generación tras generación y ser derrotados ante la violencia. Como le pasó a Miguel antes con su madre y ojalá no le pase esta vez.

Duele el alma del país. Y duele también tanta desidia del Gobierno. Por eso, lo mínimo y lo decente es que usted renuncie, director. Ojalá su arrogancia no ponga en más riesgos a otras personas. Incluyéndonos a los periodistas.

TEMAS


UNP - Miguel Uribe Turbay