A veces parece que el presidente Gustavo Petro se encuentra en una realidad paralela. Mientras que congresistas de su partido, como Alejandro Toro, celebraban estruendosamente el pobrísimo crecimiento de 0,6 % durante 2023, que para varios economistas nos deja en las puertas de una recesión, el presidente seguía insistiendo una semana después que lo que pasó en la Corte Suprema de Justicia fue un invento manipulado por los medios.
Ni aunque los periodistas que estuvimos ahí le dijéramos que vimos cómo algunos manifestantes tiraron piedras contra las camionetas de los magistrados arrinconados por una turba radical; ni aunque los presidentes de las tres altas cortes del país dijeran que se trataba de un asedio inaceptable; ni aunque los propios aplaudidores del presidente, como Rodrigo Uprimny, le dijeran que eso no podía ocurrir, el Presidente lo aceptó.
El último trino de Gustavo Petro ayer hablaba de una “manifestación por la decencia”. Para el presidente, lo que sucedió fue un invento con el fin de desprestigiarlo y una conspiración de los medios en la que puso a participar, con grave riesgo para su integridad, a reporteros que trataban de hacer simplemente su trabajo. Para el presidente, los radicales de su propio movimiento que forzaron la puerta del parqueadero del Palacio sin medir las consecuencias fueron “infiltrados” de poderes oscuros que buscan debilitarlo y tumbarlo.
Lo grave de todo esto es que, una semana después, el presidente de Colombia no lamentó ni rechazó los ataques a la Corte Suprema de Justicia y no ha pedido que no vuelva a suceder, cuando los magistrados sesionan el próximo 22 de febrero y parece bastante claro que no vayan a elegir el reemplazo de Francisco Barbosa, entre otras, como una respuesta de dignidad al Gobierno que a la luz de todo el país, promovió un golpe a la independencia de poderes.
El otro metaverso del presidente es el de la supuesta trama con la delicada ayuda de Rtvc a la vicefiscal Martha Mancera. Pregunto respetuosamente a los colegas de la Revista Raya: ¿el Gobierno los pauta? Porque eso sería relevante que lo conozcamos, dada su relación con Hollman Morris y el interés que el presidente podría tener con su investigación sobre alias Pacho Malo. En La FM y El Colombiano revelamos la andanada de evidencias que existen contra los agentes del CTI de Caldas que denunciaron a través de Angélica Monsalve a Mancera. Varios narcos peligrosos de Caldas declararon que ellos hicieron negocios para cobrar tajadas a cambio de utilizar las agencias encubiertas y transportar drogas. Pero de ese pequeñísimo detalle no sabíamos nada en la investigación.
Entonces, ¿el presidente le da toda la credibilidad a agentes denunciados ampliamente por narcos, pero le dice mafiosa entre líneas a una funcionaria que lleva tres décadas en la Fiscalía? Un metaverso.
Ojalá el señor Presidente pare de divagar y empiece a gobernar y ojalá lo haga, así sea unas cuantas semanas, en Colombia. Mientras la economía y la institucionalidad del país se caen, el mandatario viaja gustoso por el mundo.