Analistas 20/01/2024

La prensa que no le gusta al Presidente

Aunque el presidente Gustavo Petro no ha utilizado el poder oficial para la censura, sus ataques generan indudablemente un clima de odio y violencia peligroso contra periodistas.

El debate sobre el enfoque del periodismo es amplio. Los medios y los periodistas debemos ser cuestionados cuando nos equivocamos. No puede haber prensa libre que solo demande la libertad sin ser tolerante con los cuestionamientos a su trabajo. Los periodistas y los medios no somos infalibles y puede haber cosas que debamos hacer mejor, sin ninguna duda.

Este ha sido un debate viejo sobre líneas editoriales, objetividad o neutralidad, enfoques, agenda setting, y otros elementos clave de los debates de las salas de redacción. Pero más allá de esas discusiones, que se han dado desde la aparición misma de la prensa y no tienen una sola respuesta, lo que es claro es que para que la democracia liberal pueda funcionar con armonía es indiscutible una prensa libre e independiente de las presiones y limitaciones del poder.

Los ataques del presidente en su cuenta de X a la prensa son un riesgo estigmatizante. Para el presidente todos los medios que lo cuestionan o que exponen algún exceso o irregularidad de su Gobierno hacen “oposición”. Quienes revelan los vínculos de un narcotraficante en Casanare con la campaña de ese departamento hacen oposición; quienes publican los audios de Laura Sarabia con Benedetti son opositores; los que exponen los gastos excesivos del staff de la primera dama igual; los que exhiben que Colombia gastó un millón de francos en la adecuación de una casa en Davos solo están interesados en golpear al Gobierno; los que cuestionan las acciones reprochables y penales de su hijo Nicolás terminan haciendo política contra el presidente.

La Silla Vacía publicó dos historias relevantes en la última semana sobre el Gobierno. La primera fue sobre el círculo de la primera dama y los gasto para el equipo que la acompaña, y la segunda sobre la intención del presidente de presentar a la junta directiva de Ecopetrol a alguien que él mismo señaló de ser un familiar cercano de la primera dama en trinos anteriores y en su biografía. El presidente respondió al portal que “hacían oposición”.

Eso legitima los ataques violentos contra la prensa, lo que habla muy mal del entendimiento democrático del Estado. Los tiempos han cambiado; las viejas imágenes de militares invadiendo las salas de redacción hoy son sencillamente imposibles en occidente y en las democracias del mundo, pero ya no hace falta cerrar las imprentas, confiscar el papel, o suspender las licencias del espectro electromagnético. Hoy también se puede dinamizar la violencia y el odio en las redes, que termina teniendo una estrategia orgánica peligrosa contra medios y periodistas.

En Colombia los periodistas somos muy criticados de manera permanente con mucho odio en las redes. Pero pocos ciudadanos han sido testigos de Colombia como los periodistas poniéndole el pecho al conflicto, los narcos, los malos militares, los excesos de los gobiernos, los grupos armados ilegales, y la violencia en un país en el que la vida tiene tan poco valor. Si no fuera por periodistas, ninguno de los excesos de los poderes se habría descubierto jamás.

Los periodistas en Colombia son un activo para la democracia. No yo, ni micho menos, pero sí los centenares de periodistas que han escrito la historia de este país. Presidente, los medios debemos ser respetuosos de usted, su legitimidad y la institucionalidad, y no actuar de mala fe, en eso no hay reproche. Y usted debe dejar de llamar a los medios que hacen su trabajo “oposición”. Ser mandatario de un país demanda respeto por las instituciones, y la prensa es una. Una vez más, por favor no se parezca tanto a Donald Trump.

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