Señor Presidente, el canciller Álvaro Leyva parece estar más interesado en usar a la Cancillería para sus rencillas personales, que para implementar la política pública de relaciones internacionales del país.
Leyva coordinó la semana pasada un evento de la Cancillería que tuvo como protagonista a un temido paramilitar del Bloque Central Bolívar. Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, llegó a un auditorio dispuesto con toda la prensa a la que convocaron ampliamente, luces listas, y una enorme transmisión de Rtvc que le dio toda la distribución digital y todo el tiempo posible al análisis en vivo de las palabras de Macaco, en cualquier caso sin evidencia alguna.
El evento parecía propicio de un escenario de la JEP, Justicia y Paz o la Comisión de la verdad, pero en realidad lo hizo la Cancillería. Aún no se entiende en qué parte de las políticas públicas sobre relaciones internacionales del país puede encontrarse un evento programado, organizado y transmitido por la televisora del Estado para las confesiones sin carga probatoria de un paramilitar autor de crímenes temibles.
Lo más revelador es que Rtvc parecía saber cuál iba a ser el sentido de las declaraciones de Macaco. Hizo una preparación para la transmisión casi como si se tratara de una posesión presidencial o el día de elecciones. Pero nadie conocía lo que el paramilitar estaba por decir.
Al mismo tiempo, el Gobierno anunciaba que la resolución del presidente para que Salvatore Mancuso fuese declarado gestor de paz estaba lista. El enorme favor del Gobierno a dos de los más sanguinarios autores de la ola de violencia interminable y horrible de nuestra historia parece decidido.
Macaco está buscando que la JEP lo acepte como tercero involucrado en el conflicto, pero algunos informes de inteligencia sugieren que en Colombia reincidió en el crimen. Lo cierto es que su declaración y especialmente lo que dijo sobre el exfiscal Néstor Humberto Martínez, fue una sinfonía para los oídos del canciller Leyva, que tiene una pelea personal con Martínez porque este último lo ha señalado de pertenecer a las antiguas Farc.
Señor Presidente, es cierto que la verdad sobre el conflicto es fundamental para la reconciliación y la superación del conflicto en el país, conflicto que por cierto está desbordado como no ocurría en décadas, según el Defensor del Pueblo.
En ese sentido, sería importante que se enfatizara en el deber de contar la verdad sobre la Farc política. La verdad debe ser completa, no solo se le debe exigir a quienes antes fueron enemigos. En los archivos del computador de Raul Reyes y en un documento llamado “Venezuela Archive” el apellido del canciller aparece en 29 páginas. Se refieren explícitamente a él como alias “el profesor” y hay todo tipo de comunicaciones entre miembros del secretariado explicando labores de Leyva aparentemente en favor de las Farc.
¿Hizo parte el canciller del ala política de las Farc mientras esta guerrilla atentaba contra el Estado y civiles?, ¿hacía labores en su favor?, ¿qué tipo de relación tuvo Leyva con una guerrilla en armas que secuestraba y asesinaba colombianos?
Que los paras hablen y cuenten con pruebas todo lo que sepan, y que quienes tuvieron relaciones de Farcpolítica lo hagan también. La verdad parcial sobre el conflicto no le hace bien al país. Señor canciller, los ciudadanos también esperan sus eventos sobre Farc-Política, y esperan que Rtvc le de la misma relevancia a las declaraciones de Nicolás Petro sobre la corrupción en el país.