Como ya es tradicional, cada año, en el mes de mayo, la industria minera se reúne en el Congreso Nacional de Minería para reflexionar sobre la estabilidad del sector y sus perspectivas. El congreso de este año, marcado por una disyuntiva del repunte en los precios en la gran mayoría de minerales y una fuerte coyuntura electoral, nos dejó reflexiones trascendentales y tareas puntuales.
Antes de esbozar estas, es necesario consignar el denominador común en la gran mayoría de las intervenciones: el exacerbado intervencionismo judicial que ha conllevado a una alta dosis de inseguridad jurídica.
Los países desarrollados han fundamentado su crecimiento apalancados en todas sus industrias. No debemos negarnos esa posibilidad. Basta con mirar los casos de Suecia, Canadá, Australia y Alemania para demostrar que la minería bien hecha sí es posible.
Además, observamos como en el Syllicon Valley de los Estados Unidos ya piensan en cómo los humanos podrán conquistar el espacio y por ende, en la forma de suministrarse allá los minerales necesarios para garantizar ese futuro espacial.
Colombia debe promover la exploración para conocer su territorio y así tomar las mejores decisiones de política pública frente al tipo de minería que quiera desarrollar.
Esto no se logrará de no contar con reglas de juego claras y ciertas, clamor reiterado de todos los empresarios e inversionistas mineros presentes en el 4º Congreso. El reto es consolidar una alianza público privada para generar una sola visión minera de largo plazo.
En el marco del Congreso anual, se recordó una y otra vez, cómo de cada tres pesos exportados por nuestro país, uno es minero y por lo tanto surgió la necesidad de que el sector privado y las entidades del Estado, vinculadas con la marca país en el exterior, se agrupen para visibilizar a la minería nacional como principal producto de exportación.
Nuestras empresas deben idear y liderar estrategias comunicativas para visibilizar todo el aporte social que transfieren a las comunidades. Lo dijeron los periodistas que abordaron el tema en el marco del Congreso.
Esfuerzos como direccionar campañas para que en los centros educativos locales, regionales y nacionales se imparta la cátedra sobre la minería bien hecha y otros recursos naturales, es perentorio. Generar esos aprendizajes en los jóvenes es esencial para crear bases sólidas sobre cómo aporta la extracción de minerales.
Es el momento de juntar manos y mentes brillantes para defender, posicionar y catapultar a la minería bien hecha como en los países más desarrollados que nos enseñan que esta industria es viable, genera desarrollo y convive con los recursos naturales y la agricultura.