Analistas 01/11/2016

Fortaleciendo vínculos

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

A lo largo de las últimas décadas, el sector financiero se ha consolidado como una de las actividades con mayor generación de valor agregado en Colombia, siendo un actor fundamental en el apalancamiento de la inversión, de la adquisición de vivienda de millones de colombianos y de la realización de las metas de consumo de los hogares que en nuestro país buscan mejorar su nivel de vida. Todos estos procesos han generado efectos virtuosos sobre el crecimiento económico y social del país en el tránsito hacia la consecución de mejores estándares de bienestar. 

Ahora más que nunca, los grandes y desafiantes retos a los que se enfrenta la economía tanto en el corto como en el mediano y largo plazo demandan un sistema financiero más sólido y eficiente, que continúe siendo soporte del crecimiento de la actividad económica y de los procesos de fortalecimiento y diversificación de su estructura productiva.

Es por esto que el fortalecimiento de los vínculos que existen al interior del sistema financiero resulta imperativo, pues permite no solo contar con mayores fuentes de fondeo para financiar proyectos de tan sentida necesidad como los de infraestructura, sino también soportar el proceso de recomposición y diversificación sectorial que tanto demanda el país. En este sentido, una de las sinergias que ha demostrado tener mayor potencial de generación de valor agregado es la relación existente entre el sistema bancario y el mercado de capitales. La literatura económica ha sido ilustrativa y contundente en señalar que para economías como la colombiana, el fortalecimiento tanto del sector bancario como del mercado de capitales es la vía más apropiada para lograr una mayor consolidación del sector financiero. 

Un caso particular es el reciente desarrollo de la industria de fondos de capital privado (FCP) en el país, un vehículo de inversión que, enmarcado en el mercado de capitales, ha demostrado complementarse de manera importante con el sistema bancario. El efecto virtuoso de estos vínculos genera, por supuesto, externalidades positivas en términos de desarrollo empresarial y formalización de la economía. 

Más allá de ofrecerles financiamiento a las empresas, los FCP desempeñan un rol importante en el fortalecimiento de las firmas, ayudándolas a mejorar sus estándares de gobierno corporativo, sus prácticas empresariales y su gestión financiera. Todo ello se traduce de manera efectiva sobre los perfiles de riesgo ante las entidades bancarias, pues ahora las empresas pueden cumplir manera más óptima con sus obligaciones, lo que a su vez les permite acceder a una mayor oferta de valor por parte de la banca, que ahora puede apalancar a empresas más sólidas y financieramente sostenibles.

Otra de las sinergias que existen entre los FCP y el sistema bancario es el financiamiento de los proyectos de infraestructura de cuarta generación. La participación de distintas fuentes de fondeo en el financiamiento de este tipo de proyectos no solo facilita su cierre financiero, sino que permite diversificar la participación de las entidades bancarias en distintos proyectos y brinda la posibilidad de contar con mayores alternativas para gestionar la exposición y el riesgo de dichos proyectos.  Conscientes del potencial de la sinergia entre los FCP y la banca, las entidades bancarias han comenzado a hacerse partícipes de la industria de FCP mediante sus filiales, como comisionistas o fiduciarias, e incluso por medio de sus bancas de inversión, en temas como la administración de recursos y la estructuración y gestión de los fondos. 

Los pasos que viene dando la banca van en la dirección de seguir consolidando un sistema financiero con mayor capacidad de apoyo a la estructura productiva del país, meta que será alcanzable en la medida en que los diferentes actores del sistema aúnen esfuerzos de manera conjunta e integral en dicho propósito.

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A lo largo de las últimas décadas, el sector financiero se ha consolidado como una de las actividades con mayor generación de valor agregado en Colombia, siendo un actor fundamental en el apalancamiento de la inversión, de la adquisición de vivienda de millones de colombianos y de la realización de las metas de consumo de los hogares que en nuestro país buscan mejorar su nivel de vida. Todos estos procesos han generado efectos virtuosos sobre el crecimiento económico y social del país en el tránsito hacia la consecución de mejores estándares de bienestar. 

Ahora más que nunca, los grandes y desafiantes retos a los que se enfrenta la economía tanto en el corto como en el mediano y largo plazo demandan un sistema financiero más sólido y eficiente, que continúe siendo soporte del crecimiento de la actividad económica y de los procesos de fortalecimiento y diversificación de su estructura productiva.

Es por esto que el fortalecimiento de los vínculos que existen al interior del sistema financiero resulta imperativo, pues permite no solo contar con mayores fuentes de fondeo para financiar proyectos de tan sentida necesidad como los de infraestructura, sino también soportar el proceso de recomposición y diversificación sectorial que tanto demanda el país. En este sentido, una de las sinergias que ha demostrado tener mayor potencial de generación de valor agregado es la relación existente entre el sistema bancario y el mercado de capitales. La literatura económica ha sido ilustrativa y contundente en señalar que para economías como la colombiana, el fortalecimiento tanto del sector bancario como del mercado de capitales es la vía más apropiada para lograr una mayor consolidación del sector financiero. 

Un caso particular es el reciente desarrollo de la industria de fondos de capital privado (FCP) en el país, un vehículo de inversión que, enmarcado en el mercado de capitales, ha demostrado complementarse de manera importante con el sistema bancario. El efecto virtuoso de estos vínculos genera, por supuesto, externalidades positivas en términos de desarrollo empresarial y formalización de la economía. 

Más allá de ofrecerles financiamiento a las empresas, los FCP desempeñan un rol importante en el fortalecimiento de las firmas, ayudándolas a mejorar sus estándares de gobierno corporativo, sus prácticas empresariales y su gestión financiera. Todo ello se traduce de manera efectiva sobre los perfiles de riesgo ante las entidades bancarias, pues ahora las empresas pueden cumplir manera más óptima con sus obligaciones, lo que a su vez les permite acceder a una mayor oferta de valor por parte de la banca, que ahora puede apalancar a empresas más sólidas y financieramente sostenibles.

Otra de las sinergias que existen entre los FCP y el sistema bancario es el financiamiento de los proyectos de infraestructura de cuarta generación. La participación de distintas fuentes de fondeo en el financiamiento de este tipo de proyectos no solo facilita su cierre financiero, sino que permite diversificar la participación de las entidades bancarias en distintos proyectos y brinda la posibilidad de contar con mayores alternativas para gestionar la exposición y el riesgo de dichos proyectos.  Conscientes del potencial de la sinergia entre los FCP y la banca, las entidades bancarias han comenzado a hacerse partícipes de la industria de FCP mediante sus filiales, como comisionistas o fiduciarias, e incluso por medio de sus bancas de inversión, en temas como la administración de recursos y la estructuración y gestión de los fondos. 

Los pasos que viene dando la banca van en la dirección de seguir consolidando un sistema financiero con mayor capacidad de apoyo a la estructura productiva del país, meta que será alcanzable en la medida en que los diferentes actores del sistema aúnen esfuerzos de manera conjunta e integral en dicho propósito.