El pasado 15 de febrero, los 164 miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) designaron a la Dra. Ngozi Okonjo-Iweala, de Nigeria, como su nueva Directora General (“DG”). Ayer lunes 1 de marzo, la dos veces ministra de Hacienda, con más de 25 años de carrera en el Banco Mundial y quien se ha sentado en las juntas directivas de Gavi, Twitter, entre otras, tomó posesión de su cargo. Es evidente el mérito y su experiencia, que ahora la convierten en la primera mujer en asumir esta posición.
Esta renovación en el liderazgo se da en un momento en el cual la OMC enfrenta varios retos, tanto técnicos como políticos que, a su vez, se profundizan por la actual pandemia del covid-19 y su efecto sobre el comercio global. Así, la nueva DG ya ha indicado algunos de los asuntos que, en su criterio, deben ser priorizados para sacar adelante esta Organización, la cual es reconocida como el corazón del sistema multilateral de comercio.
Entre otros, la DG ha señalado la importancia de que la OMC asuma un papel preponderante en la lucha colectiva contra la pandemia del covid-19. Por un lado, ejerciendo su función de monitoreo de medidas restrictivas al comercio y movilizando a los Miembros para que eliminen tales medidas como, por ejemplo, las restricciones a las exportaciones que afectan las cadenas globales de distribución de productos esenciales. Por otro lado, buscando soluciones para lograr un acceso global a las vacunas dentro del marco de las reglas multilaterales, que permita la transferencia de tecnología y que incentive la innovación e investigación.
Asimismo, ha indicado la importancia de cumplir y entregar resultados concretos pronto. Uno de ellos, prioritario para la nueva DG, es lograr concluir este año las negociaciones sobre subvenciones pesqueras. Estas son las únicas negociaciones en las que participan los 164 Miembros de la OMC y son consideradas como el proceso más importante que tiene la organización en la actualidad. Me permito recalcar, además, que Colombia preside estas negociaciones desde finales de 2019, ejerciendo un papel de liderazgo que ha sido altamente reconocido a nivel internacional.
De igual manera, la DG se ha referido a la reforma y modernización de la OMC como asunto prioritario. Por un lado, reformando el mecanismo de solución de diferencias que permita resolver el impasse que enfrenta el Órgano de Apelación. Por otra parte, buscando resultados en las iniciativas conjuntas, que incluyen negociaciones actuales sobre comercio electrónico, regulación doméstica en el comercio de servicios y facilitación de inversiones, así como impulsando la economía circular y las discusiones sobre comercio y medio ambiente.
La nueva DG trae un aire fresco y brinda un impulso que no debe ser desaprovechado. Pero es importante resaltar que la responsabilidad de cumplir con una agenda ambiciosa que contribuya a la superación de estos desafíos y que permita llevar a cabo un proceso de modernización y reforma de la Organización, recaerá sobre los Miembros de la OMC.
Colombia, por su parte, estará a la altura de este reto, y tal como se ha caracterizado de manera histórica, seguirá participando de manera activa y constructiva en pro de un sistema multilateral en beneficio de todos.