Consumo responsable de energía
El Día Mundial del Ahorro de Energía es una buena oportunidad para que entre todos podamos analizar la realidad de la industria y del mundo frente a las acciones que estamos implementando para fomentar un consumo responsable. Más aún, si se tiene en cuenta que las acciones que generemos en este propósito tienen una incidencia directa con la descarbonización y la reducción de emisiones de CO2.
Esto si se tiene en cuenta que la industria, su operación y procesos son los principales responsables de las emisiones que se generan en el planeta. Las cifras dan cuenta de ello. Desde Schneider Electric hemos podido establecer que sólo cuatro sectores productivos consumen cerca de 70% de la energía generada en el mundo.
Son cifras alarmantes, en cuanto ratifican problemáticas ampliamente expuestas en escenarios como el COP26. Allí, expertos y dignatarios de los diferentes gobiernos propician conversaciones frente a la manera en que el mundo debería avanzar para controlar el cambio climático y los efectos que se están generando por cuenta de este en el entorno y en el medio ambiente. Es a partir de estas discusiones y declaraciones, que se propone un plan de acción en el que todas las partes involucradas se comprometen a poner en marcha iniciativas con las que se busca garantizar la salud del planeta.
Sin embargo, el panorama no es el más alentador. De acuerdo con la más reciente entrega del Net Zero Economy Index, investigación que anualmente es dada conocer por PwC, son pocos los avances que el mundo está dando en materia de descarbonización y frente al calentamiento global. De acuerdo con la investigación, algunas de las 20 potencias económicas del mundo, no han podido reducir considerablemente sus emisiones de carbono.
Al contrario. Está investigación revela una situación que no deja de ser inquietante y preocupante. Según la consultora, durante el año 2021 nueve de las economías más importantes del planeta incrementaron su generación de emisiones, las cuales, y como ya he mencionado anteriormente, están asociadas en un gran porcentaje con la generación y consumo de energía. Una situación que, de no ser controlada a tiempo, podrá detonar una catástrofe ambiental sin precedentes.
Teniendo en cuenta este contexto, ¿qué elementos se deben tener en cuenta para configurar unos modelos productivos eficientes, que respondan a una dinámica ambiental que se fundamenta entre otros pilares, en un consumo de energía responsable? Son varios los factores que como empresarios debemos configurar para alcanzar el éxito frente a este gran propósito.
El primero de estos, es planificar una transición energética por etapas; esto permitirá cambiar de manera paulatina la dinámica de consumo y producción de energía. Colombia, es un referente en este aspecto. La subasta energética de octubre del 2021 fue un gran hito para el sector, en cuanto asignó el desarrollo de un importante número de proyectos eólicos que ayudarán a transformar la matriz del país y a lograr un sistema más eficiente, e incluso, limpio.
En este propósito, la innovación cumple un rol más que protagónico. La inversión en tecnologías permitirá consolidar unos modelos productivos los cuales, además de garantizar una operatividad permanente y unos altos indicadores de productividad, permitirán disminuir la demanda de energía en un 15% para el 2050. El riesgo está en ignorar el proceso de transformación digital. Estimamos que, si no se integran soluciones y aplicativos de última generación, el consumo de energía podrá tener un incremento de hasta el 70% en el mismo periodo.
Igualmente, la adopción de nuevas tecnologías reducirá las emisiones de CO2 en un 30% para el año 2050. Por tanto, la integración de este tipo de soluciones impactará positivamente en los índices de descarbonización. Sin embargo, es necesario propiciar marcos regulatorios que además de formalizar estos procesos, podrán incluir algún tipo de incentivos que sin duda serán fundamentales para fomentar la adopción y masificación del uso de tecnologías.