Analistas 16/12/2013

Balance de 2013, ¿qué esperábamos y qué pasó?

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes

Las variables que deben monitorearse, durante el año 2014, para dilucidar el momento de “disparo” del “tapering” y su posterior intensidad incluyen: i) el dinamismo y composición del PIB-real de Estados Unidos; ii) la reducción y composición del desempleo, llegando a 7% en noviembre de 2013; y iii) el manejo de la pugna bipartidista para ir superando los temas presupuestales. 

Dadas estas fragilidades globales, Colombia saldría bien librado si logra fraguar un crecimiento de 3.8% en 2013, como el que ha venido proyectando Anif, no muy diferente de 4.2% observado en 2012. Si bien ese crecimiento supera el promedio de la región (2.6%), son notorias nuestras fragilidades externas, tanto a nivel de la balanza de pagos como de los indicadores de liquidez. 

Todos estos sucesos internos y externos produjeron algunas alteraciones en nuestro ranking de riesgos, establecidos en los inicios de 2013.  Dicho listado de desafíos (de mayor a menor) comprendía: 1) el agotamiento en las mejoras de empleo; 2) los desbalances externos; 3) la desaceleración económica; 4) la calidad de la cartera crediticia; y 5) el rebrote inflacionario.

Una actualización de dicho ordenamiento de riesgos, más acorde con lo observado en 2013, nos deja con el siguiente ranking: 1) desbalances externos (agravado); 2) desaceleración económica (agravado); 3) agotamiento en las mejoras de empleo (aliviado); 4) calidad de la cartera crediticia (sin alteración); y 5) rebrote inflacionario (sin alteración).

En efecto, los riesgos externos han pasado a ser el principal desafío de 2013.  Curiosamente, dicho agravamiento no provino del deterioro en los precios de petróleo-carbón (como esperábamos), sino que obedeció, en mayor medida, a problemas en la producción, especialmente de carbón.   Estos lastres seguramente llevarán a que el déficit de la cuenta corriente cierre cerca de -3.5% del PIB en 2013.

Para Anif el riesgo de desaceleración económica ocupaba el tercer lugar en el ranking de desafíos, pues a comienzos del año avizorábamos expansiones cercanas a 4.3% para el año 2013. Sin embargo, este riesgo de desaceleración se fue acentuando a lo largo del año, llevando a Anif (y a todo el mercado) a castigar repetidamente sus pronósticos de crecimiento, registrándose actualmente una cifra de consenso de 3.8%.  

Lo peor es que hacia el mediano plazo, Colombia enfrenta claros riesgos de desaceleración estructural en su crecimiento, con potenciales reducciones del actual 4.5% hacia 4%. Son múltiples los factores que están detrás de estos riesgos de menor crecimiento potencial, incluyendo la carencia de adecuada infraestructura, los elevados costos laborales y las perspectivas del fin anticipado del auge minero-energético.

Las buenas noticias del 2013 estuvieron por el lado del mercado laboral.  Por ejemplo, la tasa de desempleo se ha venido reduciendo en unos -0.7pp en lo corrido del año a octubre (vs. los -0.2pp esperados), promediando ahora 9.9% al corte de octubre. Sin embargo, su reducción ha estado liderada más por caídas en la tasa de participación (cayendo -0.5pp en promedio) que por un dinamismo en la generación de empleo (el cual sólo crece a ritmos de 1.5% anual en enero-octubre frente 3.4% observado durante todo el año 2012).

El riesgo de calidad de la cartera ocupaba el cuarto lugar en materia de riesgos para este 2013. A comienzos de año, comentábamos cómo los aumentos en la tasa repo de 2011-2012 (+225pb) y las medidas macroprudenciales de la Superfinanciera estarían fraguando “aterrizajes crediticios suaves” a tasas de 11%-12% real después de las sobreexpansiones de 2011-2012 (como efectivamente se ha venido dando).  Creemos que acertamos dándole ese cuarto lugar a la calidad de la cartera crediticia, pues los indicadores de calidad se mantuvieron prácticamente inalterados en sus niveles de 3%-5% (total-consumo) en lo corrido del año.

Por último, en los inicios del 2013 proyectábamos que los riesgos inflacionarios serían los de menor envergadura. De hecho, dichos riesgos han sido incluso menores a 3% esperado, pues la inflación se situaba en sólo 1.8% al corte de noviembre de 2013 y podría terminar el año cerca de 2%. En estos favorables registros de 2013 han incidido el buen clima y la deflación de los commodities a nivel mundial.  También cabe registrar la ausencia de  passthrough frente a las devaluaciones de 4% (promedio anual) en la tasa de cambio.