Analistas 07/02/2018

Desempeño de la cadena petroquímica y perspectivas

Sergio Clavijo
Prof. de la Universidad de los Andes

Anif ha venido señalando que la industria colombiana atraviesa por una preocupante crisis, encubada durante los años de “Enfermedad Holandesa” del período 2005-2014 y la cual ha persistido durante 2015-2017.

Los datos hablan por sí solos: i) el crecimiento del PIB-industrial promedió un 2,2% real por año durante 2006-2016 vs. el 4,3% anual del total de la economía; y ii) el aporte industrial al PIB-real se ha continuado reduciendo del 18% a principios de los años noventa a tan solo un 11% en 2016, pudiéndose demostrar econométricamente que la apreciación cambiaria aceleró esa pérdida en contribución al PIB-real.

Más aún, frente a las expectativas de rebote del sector industrial en 2017, lo que se observa es que este sector se estará contrayendo en cerca del -1,2% real (vs. 3% de 2016). Aquí, pese al aporte que pueda estar dando la reapertura de Reficar, están primando las serias dificultades en los subsectores de textiles, el calzado, las prendas de vestir y el sector relacionado con la construcción.

En efecto, a puertas de haberse disipado casi completamente el efecto de Reficar, la refinación y los encadenamientos de la cadena petroquímica han crecido a un ritmo mucho mayor al del resto de la industria, evidenciado en una expansión proyectada de este subsector del 3% para 2017.

No obstante, ese buen comportamiento de la refinación y de sus conexos no ha sido suficiente para contrarrestar el mal desempeño del resto de la industria colombiana (proyectándose una caída del -3% para el resto de la industria), aun cuando la cadena petroquímica representa el 32% de la industria.

Así, se evidencia que gran parte de la industria está pasando por verdaderos momentos de crisis. Esto es consecuencia, por un lado, de la débil demanda interna y, por otro, de los lastres estructurales del país que restan a la competitividad industrial.

Dentro de ellos son recurrentes: i) los sobrecostos laborales (que ascienden al 49% del salario en el caso de los pagos no salariales); ii) los sobrecostos energéticos (donde somos superados por países como Perú, Argentina y Brasil); iii) los sobrecostos de transporte-logísticos (de hasta el 15% según la Oecd); y iv) la elevada carga tributaria (del 40%, aunque bajaría escalonadamente al 33% durante 2017-2019 según lo estipulado en la Ley 1819 de 2016).

No obstante, específicamente dentro de la cadena petroquímica sí se observó un buen desempeño durante 2017, pese a que el efecto estadístico de la reapertura de Reficar se ha ido diluyendo y ha generado una leve desaceleración.

Por ejemplo, en el caso del subsector de refinación, sus niveles de producción crecieron al 5,2% en el acumulado en 12 meses a noviembre de 2107, según la Encuesta Mensual Manufacturera (EMM) del Dane.

Aquí, como mencionamos, ya no se logran los registros de crecimiento de un año atrás (+19,3%), pero se mantiene el impulso positivo y aprovechamiento de la nueva capacidad de Reficar.

En el caso de los subsectores conexos a los productos químicos, su producción creció 4,9% en el acumulado en 12 meses a noviembre de 2017 (vs. -3.7% de un año atrás), según la EMM. Ello ocurrió gracias al buen comportamiento del agro y su demanda por abonos.

Asimismo, la producción del subsector de caucho se expandió a ritmos del 9,3% en el acumulado 12 meses a noviembre de 2017 según la EMM (vs. 2,1% de un año atrás), donde este sector estuvo impulsado por el buen comportamiento de las autopartes, las cuales se han visto beneficiadas por el mal momento de las ventas de vehículos nuevos.

Por último, el sector de plásticos fue el único que no tuvo una dinámica positiva dentro de la cadena (sus niveles de producción se contraían al -1,2% en los 12 meses a noviembre de 2017). Pero, esto ocurrió por factores exógenos como las iniciativas ambientales que están frenando el consumo de desechables plásticos.

En síntesis, pese al buen desempeño de la mayoría de la cadena petroquímica, el sector industrial se habría contraído a -1,2% real en 2017. El efecto de una demanda interna débil y los lastres estructurales de la industria jugaron en contra del desempeño de todo el sector.

Para 2018, Anif proyecta una lenta recuperación hacia el +1,2% real para todo el sector industrial. En este caso, la cadena petroquímica crecería al 4% y el resto del aparato industrial lo haría a ritmos prácticamente nulos del -0,1% real.

Hacia futuro, para regresar a expansiones del 4%-6% real a nivel industrial se requiere aprovechar: i) la recuperación de la demanda interna; y ii) el impulso de la cadena petroquímica (aprovechando la mayor capacidad de Reficar hasta 160.000 barriles diarios y un precio del petróleo estable cerca de US$60/barril) y de los sectores conexos a la construcción (impulsados por la demanda de las obras 4G).

Pero a esto deben sumarse políticas transversales que ayuden en la superación de los lastres estructurales del sector y eleven su productividad, para lograr mayores niveles de exportación.

En esto último serían necesarias reformas estructurales que reduzcan los sobrecostos que enfrenta el sector (por ejemplo, una laboral que reduzca los costos no-salariales) y políticas que promuevan las cadenas productivas, la relocalización geográfica de algunos sectores y el manejo de mayores niveles de eficiencia con ajustes en la escala de producción.

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