La ciudad colombiana que atrae mayor población de otras regiones, incluso del exterior, en búsqueda de oportunidades es Bogotá. Como consecuencia de la creciente migración, se generan mayores necesidades de vivienda e infraestructura de servicios. Del total de la población que vive en Bogotá, más del 40% lo hace en arriendo, bastante por encima del promedio nacional, obligando al mercado a crear soluciones inmobiliarias actualizadas a la evolución de la ciudad.
A su turno, Bogotá es una de las ciudades de América Latina con mayor número de matriculados universitarios, entregando anualmente mano de obra calificada que contribuye al crecimiento económico sostenible, con oportunidades de mejora en el ingreso per cápita de los residentes. Son más de un millón de estudiantes matriculados en programas de educación superior, de los que se estima que 30% provienen de otros lugares, cifra que se incrementa anualmente y consolida a Bogotá como destino universitario.
El tener más de ocho millones de habitantes, contribuye a que en nuestra capital el costo de vida sea alto. Los cánones de arrendamiento son elevados, comparados con las demás ciudades colombianas e incluso con capitales latinoamericanas. Anualmente se crean 75.000 hogares en Bogotá, lo que aunado a los migrantes, para el caso de este análisis tras de educación superior, desbordan la cantidad de inmuebles que se construyen anualmente, creando una mayor demanda.
Desde hace algunas generaciones de vida republicana, las familias colombianas entendieron que la ruta para el progreso es la educación, por ello se esfuerzan a enviar a sus hijos a estudiar a ciudades como Bogotá. En relación a la vivienda estudiantil, al comienzo, en viviendas compartidas y en otros casos, se crearon residencias estudiantiles para universidades públicas, como ocurrió con la Universidad Nacional.
Hoy en día, la oferta de soluciones de vivienda universitaria en el mundo se va profesionalizando; residencias como Spitalfielelds en Londres, Basket Apartaments en París, Simmons Hall en Cambridge, Residencias Galdós en Madrid y algunos casos en Bogotá cerca de la Javeriana y los Andes, muestran la creación de sitios especializados, en donde además, la convivencia entre personas con intereses afines y ávidas de conocimiento, propician un intercambio envidiable, que irradian un ambiente intelectual, semilleros empresarial, científico y cultural. Sin dejar atrás que por la cercanía de la vivienda a la universidad, se aminora el problema de movilidad.
La educación pública mueve en nuestro país más de $30 billones del presupuesto nacional al año. De otra parte, coincide que el crecimiento económico de las regiones y principales ciudades, es espejo de la cantidad de oferta educativa de calidad. De las 10 mejores y más grandes universidades del país, cinco están en Bogotá, dos en Medellín y de a una en Cali, Bucaramanga y Barranquilla, coincidiendo con las ciudades de mayor tamaño económico.
Así, estos centros urbanos, son también ciudades universitarias, siendo la de mayor crecimiento Bogotá. El gobierno nacional y particularmente con la educación pública tiene el compromiso de consolidar en las regiones otras ciudades universitarias, como el caso de Ibagué, Tunja y Manizales. Para terminar, a las personas que regresan a la vida civil como consecuencia del proceso de paz, se les debe garantizar que sus hijos accedan a la educación. La sostenibilidad de la paz, es educación de calidad con alta cobertura.