La economía colombiana progresa muy por debajo de lo que necesita el país. En lo corrido del año, nuestra economía viene creciendo a tasa media de 2,8% anual, por debajo de las expectativas y proyecciones de los analistas, el Emisor y el propio Gobierno.
La contribución anual por sectores productivos, según informe del primer trimestre del Dane, de los 12 principales, 10 aportan cifras por encima de la media. Los que más agregan son las actividades financieras con 5,5% y el sector minero energético con 5,3%, de crecimiento anual; la mayoría de los sectores económicos hacen lo propio por encima de 2,8%; solo la agricultura crece muy por debajo y la construcción sigue teniendo comportamiento negativo.
El trabajo en el campo y en la construcción de edificaciones, son los que más mano de obra generan, tanto en número de trabajadores beneficiados, como mayor ocupación laboral medida por inversión económica; además, especialmente la construcción impacta la gran mayoría de otros sectores. Aquí está la explicación de por qué el empleo no crece.
A su turno, la construcción agrupa las obras civiles que está en expansión y las edificaciones que siguen decreciendo a tasa del orden de 8,8% anual. Las cifras son contundentes, la construcción de edificaciones jalona la economía, al alza si crece, pero si cae, aun habiendo crecimiento en la mayoría de los otros sectores, el crecimiento general es mediocre. Tanto que, las proyecciones del Gobierno de 3,4%, con edificaciones en recuperación, se estuviera logrando.
De otra parte, la conformación anual de hogares en Colombia es del orden de 285.000 y la mayor producción de viviendas nuevas formales fue de 175.000 en año reciente, con lo que se evidencia que la demanda potencial por vivienda crece. Es decir, hay más demanda que oferta, especialmente en sectores sociales. La vivienda social ocupa la mayor relevancia para el mercado y por ende para la actividad empresarial.
En contraste positivo, la dinámica del mercado de edificaciones, medido por las preventas de proyectos en planos y las nuevas licencias de construcción, están creciendo. Las solas licencias crecieron en área a edificarse 25% en marzo y ya se registra un leve aumento en iniciación de obras. Esto garantiza un importante repunte en lo que resta del año.
Complementariamente, la vivienda según estudios del Banco de la República, desde los años 30 a la fecha, con excepción de los años de la crisis del Upac, nunca se ha desvalorizado. Esta tendencia se consolida con la Ley del Plan de Desarrollo que subió el tope VIP de 70 a 90 Smmlv de manera inmediata para todo el territorio nacional y de 135 a 150 Smmlv tope VIS para aglomeraciones de más de un millón de habitantes.
La tarea para consolidar la tendencia en alza, entre principales asuntos, de manera general está en mejorar la confianza y de forma puntual, en crecer la cartera hipotecaria. El otorgamiento de crédito constructor refleja estancamiento. Es necesario observar la fortaleza estructural de la vivienda y estos indicadores precursores que muestran buen futuro en viviendas de estratos medios y sociales, donde está el mayor déficit habitacional. Los niveles de profundización hipotecaria en Colombia son muy bajos a estándares internacionales. Además, como la vivienda se valoriza, ratifica como atractiva la inversión y magnifica garantía crediticia.