La tarea fundamental del Ejecutivo nacional, tal como comienzan a hacerlo las administraciones locales, es lograr crecimiento económico. La inversión social y la ejecución de obras, sin corrupción y con eficacia, apuntalan este propósito.
Los contratos de obras firmados, no se deben modificar en su ejecución; ejemplo, la primera línea del Metro de Bogotá y las obras de infraestructura en desarrollo. La estabilidad contractual contribuye a la inversión. Si no se reactivan los sectores económicos con capacidad de detener el ciclo negativo y generadores masivos de empleo como la construcción, la economía continuará con su comportamiento mediocre.
Bajar las tasas de interés reactiva la inversión y el consumo interno. En el último año y medio, según Anif, la incertidumbre y las altas tasas de interés participaron de la caída de la inversión. Llegó el momento de bajar de manera fuerte las tasas, con énfasis en los créditos hipotecarios de vivienda, como en una coyuntura comparable a comienzos de la década pasada Bancolombia lideró el beneficio, jalonando a gran parte del sector financiero en ese sentido.
El Ejecutivo debe entender que el momento es económico, no político, que la política es para lograr crecer la economía y el bienestar de los ciudadanos. Desviar la atención con una propuesta de asamblea constituyente, es una forma de hacer política. Con la excusa populista que como no le aprueban las reformas, es perentorio convocar la constituyente, además de descuadernar la institucionalidad, le sirve para llamar la atención y pasar a otro escenario los malos resultados.
Guardadas proporciones, cuando Petro fue alcalde de Bogotá y salieron los resultados de ¿Bogotá cómo Vamos? en relación a la bajísima ejecución en vivienda social de su programa terminando mandato, propuso construir VIS en terrenos del IDU en cercanías del Centro Comercial Andino, puso a la ciudad a debatir algo inviable, logrando cambiar de discusión.
En el primer año de un gobierno, el mandatario de turno generalmente logra convertir en ley proyectos de su iniciativa, como pasó con la tributaria de Petro. Como el gobierno va mal en ejecuciones y hay proyectos de ley que destruyen lo que funciona, no están pasando, ante lo que propone una constituyente inviable. El consenso en contra de la reforma de salud ha unido a la mayoría de los colombianos, que saben que el sistema actual funciona.
Por otra parte, en 2023 Colombia recibió cifra superior a US$10.000 millones en remesas, récord histórico, proveniente en más de 50% de los Estados Unidos. En algunas regiones de mayor recepción, como el Valle, 30% recibieron remesas y Sucre 28% de los habitantes, estos flujos han ayudado a mitigar los efectos de la desaceleración económica. Las remesas son nuestro segundo mayor generador de flujos corrientes de dólares, solo superado por el petróleo. Facilitando su ingreso se defiende la economía.
Es momento de fomentar el consumo y la inversión, bajar tasas de interés, utilizar el instrumento de la construcción y cuidar la industria manufacturera, el comercio y el agro para reactivar la economía, en vez de distraer la discusión pública con propuestas políticas inviables.