Colombia ha tenido grandes avances en materia social, tales como acceso a salud y educación, avances económicos como crecimiento de la clase media, desarrollo en infraestructuras sociales, crecimiento de tejido empresarial y, conciencia ambiental. A su turno, sigue la violencia propiciada principalmente por el narcotráfico, la corrupción, la delincuencia y hasta la polarización política; ha habido poco avance en el desarrollo rural; la ineficiencia en la administración de justicia es vergonzosa; los indicadores de pobreza extrema y de desigualdad, son inaceptables.
Pero las narrativas de lo positivo y de lo que no avanza y las perspectivas polarizadas de lado y lado, han generado desacuerdo social y en ocasiones confusión de la verdad; han hecho que gran parte de los jóvenes estén altamente insatisfechos con la institucionalidad. Han dividido al país, reflejado así en las últimas elecciones presidenciales. De ahí la importancia de la convocatoria nacional del presidente Petro y que el cambio que todos añoramos sea positivo, como bien general de la Patria.
Esta convocatoria nacional que hace el nuevo gobierno, la debemos apoyar desde la sociedad civil, unidos en defensa del estado de derecho, de las libertades, de apego a la constitución, respeto a la propiedad privada y en general a los valores democráticos. Equilibrio entre el Estado y la Sociedad Civil. El país necesita un sistema tributario que impulse el desarrollo social y a la vez la generación de empleo formal, con gobiernos austeros; que quienes ganen más contribuyan más, pero sin destruir la viabilidad de crecimiento de las empresas y sin alejar la inversión.
El acuerdo nacional entonces estará en encontrar el justo medio, entre instituciones económicas - actividad empresarial formal, que generen riqueza y, las instituciones políticas que la promuevan, regulen y la redistribuyan. Para ello, sin equívocos la sociedad civil estará atenta a que las reformas anunciadas no se salgan de los anteriores principios democráticos, como parte esencial del acuerdo país.
Para el equilibrio conforme lo analizado, y avanzar como sociedad, lo que le conviene a Colombia es que lo que funciona se conserve, probablemente con mejoras y nuevos enfoques, como son la salud y las EPS, la política pública de vivienda social, la educación gratuita a estratos populares. A su turno, con ataque frontal a la corrupción se avance en materia social y de empleo, se construya una política pública de apoyo a la producción, especialmente a la rural. La administración de justicia debe ser pronta, eficaz, que genere confianza y no que sea herramienta de persecución política.
No nos podemos equivocar, el gobierno lidera las propuestas de reformas, la sociedad civil debe apoyar las que generen desarrollo general y debe pronunciarse con contundencia en contra de las que pongan en peligro el estado social de derecho y los principios democráticos. Una forma de control es que surjan liderazgos regionales cívicos y políticos, con opción de poder, para que, en materia de alcaldías y gobernaciones, por ejemplo, con nuevos gobernantes de tendencias diferentes a las del gobierno central, se revitalice la democracia.