Mi columna pasada generó polémica, ya que señaló a 2019 como año récord en pre ventas de vivienda, habiendo sido jalonada esta cifra por las unidades comercializadas sobre planos en fideicomisos, especialmente en los estratos medios y bajos; cuando la actividad de la construcción de edificaciones y el mercado laboral no lo reflejan con la contundencia anterior. El Ministro de Vivienda esta semana en entrevista dada a este diario, ratificó el buen momento de la vivienda social.
El nivel de pre ventas tan alto de 2019 se reflejará en iniciación de obras a partir del presente año, especialmente en vivienda social. Habrá mejores comportamientos en la construcción de viviendas de estratos medios y de edificaciones con innovación y generadoras de nuevos productos inmobiliarios. Lo sucedido en años recientes con la caída de la actividad edificadora, tocó fondo.
Ahora bien, la construcción está compuesta por dos grandes ramas, la de edificaciones analizada en la columna anterior en lo que respecta al mercado de vivienda, que representa 70% del total de esta rama; y la construcción de obras civiles, que viene con crecimientos sostenidos, tanto en obras de carácter nacional, como en la construcción de infraestructura vial y social bajo el liderazgo de las administraciones locales.
Se encuentran recientemente terminadas, en ejecución o próximas a iniciarse obras de infraestructura icónicas que transforman el paisaje tanto de nuestra geografía, como el de nuestras ciudades.
Es el caso del conjunto de túneles en la vía Bogotá - Villavicencio que muestran como la ingeniería interviene la cordillera mejorando la infraestructura de transporte del centro del país a los Llanos Orientales. Otra obra espectacular es el llamado Túnel de Occidente de cerca de 5 kilómetros que une a Medellín con Rionegro, zona de gran desarrollo donde se encuentra el aeropuerto José María Córdova.
Cuando se menciona el Túnel de la Línea, la referencia probablemente es negativa por la demora de la obra y los replanteamientos de esta, pero por fin vamos a contar con un conjunto de viaductos, convirtiéndose en una de las obras más impactantes para el desarrollo de la región central y occidente de nuestro país.
Los puentes atirantados, asimismo, son especialmente llamativos, es el caso del nuevo puente Pumarejo sobre el Río Magdalena que accede a Barranquilla. A su turno, Antioquia y Santander son departamentos colindantes que comparten el Magdalena Medio, sector de gran importancia para la economía colombiana por el petróleo, la minería y suelos agrícolas de alto potencial; pues bien, existe un puente nuevo que los une, por los municipios de Puerto Berrío y Cimitarra.
En Cartagena, otra muestra de la pujanza de la Costa Caribe es el viaducto de la Ciénaga de la Virgen, ejemplo de respeto medioambiental y de buena ingeniería, que une a Cartagena con su zona urbana del norte, continuando hacía Barranquilla y Santa Marta, obra bellísima que transformó el paisaje, destacando además los manglares y la propia Ciénaga.
Para terminar, la obra de infraestructura urbana de mayor importancia en Colombia ha de ser la primera línea del Metro de Bogotá, reto de ingeniería y de coordinación institucional que, además de transformar el paisaje urbano, es el comienzo de la mejora de la movilidad en la capital.