La preventa de vivienda sobre planos se encuentra en uno de los peores momentos de la historia del país desde cuando se utiliza este mecanismo, con una desatención inentendible a la vivienda social, consecuencia de lo que, el arrendamiento crece por encima de la inflación para contratos nuevos, la construcción de viviendas subnormales se disparó y, el empleo comienza a caer, agravándose en los próximos dos años, porque dicha caída (en más de 50% anual) se verá en disminución de obras formales al futuro.
En este panorama, como la demanda insatisfecha de vivienda crece y la finca raíz se sigue y seguirá valorizándose, es oportuno prepararse para la destorcida del sector inmobiliario. El mercado de capitales, el mercado inversionista y los proyectos innovadores de vivienda, tienen gran oportunidad. Construir para arrendar está en este segmento. Las tasas de interés seguirán bajando, con lo que los cierres financieros de los pre compradores al momento de concluirse las edificaciones estarán en rangos razonables. El conocimiento de expertos y constructoras con trayectoria son un gran activo en este propósito.
Paralelamente, los alcaldes de las grandes ciudades deben encontrar la forma para que existan nuevos desarrollos inmobiliarios. Para lograr crecer la renovación urbana, por ejemplo, es necesario incentivar este tratamiento urbanístico, a contrario sensu de lo sucedido con el nuevo POT de Bogotá que le colocó cargas que hacen inviable su desarrollo. Se le suman, en el área urbana el tratamiento de desarrollo para vacíos urbanos y el de consolidación para áreas desarrolladas.
Los Planes Parciales para grandes proyectos, tanto en zona urbana como de expansión urbana, con aportes de suelo a fideicomiso desarrollador, se consolidan como importante instrumento. Oportunidad de cumplir la función pública del urbanismo y el reparto equitativo de cargas y beneficios, contribuyendo a financiar las infraestructuras establecidas en los POT vigentes. Instrumentos de construcción de ciudad de calidad.
Ahora bien, existen instrumentos financieros novedosos apropiados para nuevos desarrollos inmobiliarios y así crecer su participación. Los fondos de inversión inmobiliaria y los fondos de capital privado, con el vehículo fiduciario, son los más importantes. Algunos de los principales son el Fondo Inmobiliario Colombia, el Fondo Inmobiliario Rentas, y el Fondo Inmobiliario Capital. Éstos ofrecen a los inversionistas la oportunidad de participar en proyectos inmobiliarios diversificados sin tener que adquirir propiedades directamente.
Hay fondos para apoyar desarrollos inmobiliarios como co promotores, y saliendo con la terminación del proyecto, ejemplo Paladín Realty Parthners, Ashmore Avenida y Yellow Stone. También los hay para quedarse con la edificación terminada, con lo que buscan la suma de la valorización inmobiliaria más la renta por alquiler a largo plazo; ejemplo el PEI, Ccla, FIC y Parque Arauco.
Con este contexto y las herramientas señaladas en estas dos columnas de opinión, hacemos un llamado al Gobierno Nacional para que retome la construcción como instrumento de política económica y social y a contribuir a la baja de tasas de interés que incentiven la inversión en el sector.