Si bien Colombia sigue con grado de inversión, necesario para el comercio y la inversión internacional, la baja en la calificación crediticia del país, hecha al final del año por Standard and Poor’s, es consecuencia del crecimiento mediocre de la economía y, a su turno, la baja de la nota soberana hace que se revisen las notas de empresas colombianas de alta relación con el Estado, tales como Ecopetrol, ISA y Ocensa, que fueron calificadas igual que el país, BBB- con perspectivas estable.
En esta circunstancia de recorte de calificación puede subir la tasa de financiación para el gobierno y para las empresas colombianas que requieren apalancamiento internacional. La misma calificadora, a los otros países de la Alianza Pacífico, las estimó, a Chile A+ y, a México y Perú BBB+, todas con grado de inversión y perspectiva estable. Esta alianza fue un acierto, pero hay arritmias políticas internas que pueden generar nubarrones para su crecimiento.
Las circunstancias de liderazgo de los gobiernos con las nuevas decisiones políticas son diferentes para los conformantes. Se consolida la confianza empresarial y de inversión en Chile, con Sebastián Piñera nuevamente presidente, empresario conservador y generador de imagen internacional de confianza. Caso contrario para Perú, que termina el año con incertidumbre, debido a la posibilidad que se aparte de la Presidencia, por corrupción, a Pedro Pablo Kuczynski.
Con la complementariedad económica y de mercados, la Alianza del Pacífico y las inversiones cruzadas de empresas de estas naciones, vislumbra mejor futuro económico regional. Chile y Perú se consolidan como aliados, que están reemplazando el comercio con Venezuela y su mercado. Debido al fracaso económico del chavismo, Colombia perdió su segundo más importante aliado comercial, después de Estados Unidos que lo sigue siendo.
Pues bien, en este año, nuestro país va a tomar decisiones democráticas, cuyo resultado igualmente ha de tener influencia en la confianza internacional y en el futuro económico colombiano. Un gobierno populista sería un mal camino. Si bien llevamos tres años consecutivos sin cumplir la meta oficial trazada por el Banco de la República, la inflación está en proceso de control. Construir confianza es la clave; por ello con un líder que la genere, nuestro crecimiento para 2018 puede acercarse al 3%, consolidando la tendencia de mejora.
De manera sorpresiva, comenzó el año con importante aumento internacional de precios del petróleo, lo que aumenta las exportaciones colombianas, creciendo las divisas y mejorando los resultados de la principal empresa colombiana: Ecopetrol. Se explica en circunstancias de aumento de demanda por necesidad de calefacción por los fuertes fríos en Europa y Estados Unidos, baja en oferta de crudo por temas diversos, como la mala producción en Venezuela y problemas en otros grandes productores como Libia e Irán.
En materia económica global, es evidente que la economía se recuperará para este 2018. En América Latina, igualmente la proyección económica es de crecimiento, leve, pero creciendo. Son circunstancias que pueden jalonar la economía colombiana al crecimiento, si internamente, además, se acrecientan los estímulos a la inversión, la productividad y el comercio internacional. Así, la Nota Soberana debe tener estricto control para su mejoramiento.