Analistas 21/03/2017

Soft es el nuevo hard - parte 3

No te confundas - yo no escribo esta columna para tu beneficio ni para tu entretenimiento. La escribo para mí.  Aun así, no describiría escribir como algo que “me gusta” hacer.  Escribir va mas allá de un gusto, y mismo, de un placer.  Como tal “me gusta”: leer, cocinar, montar en bicicleta, caminar sin rumbo por las calles de una gran ciudad- todo esto cabe en la caja de mis gustos.  En la caja marcada como “mis placeres”, tengo: tomar un buen vino, ver un atardecer en una playa desierta,  compartir momentos en familia. Escribir está en una categoría aparte.  Escribir trasciende el gozo. 

Cuando los demás niños jugaban con plastilina y lápices para colorear, o cuando jugaban con muñecas y carritos,  yo me hacía a un lado, y sentada en el piso, con lápiz y papel en mano, me ponía a escribir.  Desde muy pequeña descubrí que escribir me lleva a un espacio en mí ser como ninguna otra actividad lo hace.   Es cierto que cuando practico ciertos deportes, como tenis o trotar, logro entrar “en la zona” y logro despejar mi mente.  Cuando escribo mi mente no está despejada -está alerta y en equilibrio.  Al escribir habito un lugar en mi mente donde encuentro la creatividad, y puedo ser espontánea, sin pudor; no me censuro - y recientemente he descubierto que es así como soy feliz.  Es mi necesidad de comunicar mi esencia interior, que se satisface con la escritura. 

Ahora sí a lo que vinimos.  La información a continuación sí la quiero compartir contigo para tu beneficio.  Quiero que pienses en aquella actividad que te hace feliz. Lo que nos lleva a revisar ¿qué es estar feliz y como consecuencia, por qué es tan importante para tu desempeño en el trabajo? 

Cuando escribo siento que mi mente se une con mi alma y mi cuerpo y así puedo expresar lo que produce esa conexión.  En mi opinión,  estar feliz no depende de circuns- tancias externas, como la presencia de experiencias agradables, o la ausencia de situaciones retadoras.  Estar feliz es un estado de integralidad -entre mente, alma y cuerpo.  El conjunto de los tres nos define como seres humanos - estar feliz es cuando encontramos la intersección de nuestro ser. 

Es importante descubrir aquello que te hace feliz porque es tu mejor momento.  

Haciendo referencia a la pirámide de Maslow, de la jerarquía de necesidades humanas, al alcanzar esa intersección, también se alcanza el nivel más alto de las necesidades humanas - la autorrealización.  A la vez, cuando estas tres funciones trabajan en conjunto, incrementas tu capacidad para contribuir, sea como miembro de una familia, comunidad o equipo de trabajo.  Es evidente que estar feliz no solo te hace sentir bien,  te permite hacer el bien.

En una charla comprensiva dictada por un experto en vinos, donde se habló de cepa, geografía, clima, suelos, madera, armonización con la comida, alguien pregunto: ¿y cuál es el mejor vino del mundo?  La respuesta fue asombrosa por lo obvia: “es el que más te guste, el que te haga feliz”.

No te afanes si descubres que lo que te hace feliz no está relacionado con trabajo.  Lo importante es reconocer que te hace feliz, sin importar que es, solo así podrás sentir la felicidad. Con el tiempo lograrás transferir esa sensación, irradiando a quien te rodea, además influyendo otros aspectos de tu vida, lo que incluirá a tu vida laboral.

No te preocupes si al comienzo no identificas qué te hace feliz.  El simple hecho de estar consciente que existe, y que además es posible alcanzarla -es el comienzo a un camino de plenitud y realización.