La “chabacanería” de final de Gobierno
sábado, 6 de septiembre de 2025
Silverio Gómez Carmona
Hay que reconocerle al Gobierno que con la nueva reforma tributaria lo único que pretende obsesivamente es recaudar $26,5 billones en 2026 para seguir gastando a sus anchas, pues el análisis técnico, financiero y económico le resbala, como lo aseguró Gustavo Petro en su aburrida intervención en TV el martes 2 de agosto, al no hacer alusión alguna al impacto sobre el crecimiento de la economía, ni la inversión privada, nacional y extranjera y solo manosear a los colombianos pobres alegando que “casi” no consumen gasolina y Acpm por lo que dizque un incremento brusco en los precios de los combustibles los tiene sin cuidado.
Y también su acostumbrado delirio de persecución y chantaje si no se doblega el Congreso, pero para nada del necesario ajuste en el gasto público que se requiere para al menos complementar la fórmula para reducir el faltante que será mucho más de $130 billones como se calcula en forma muy superficial por parte de Hacienda.
Pero el tema no para ahí. Dado que el Congreso de la República no puede aprobar el monto del Presupuesto público ($557 billones) si no está plenamente equilibrado como lo establece la normatividad, esto es, que no puede haber gasto sin un ingreso seguro que la respalde, la única salida es ajustar hacia abajo el cálculo de los ingresos por lo menos en $26 billones que se aspira a ingresar.
De esa forma, si no se aprueba la reforma, el recorte se hará efectivo o alternativamente se adicionará en el monto a recaudar con el ajuste. No más jugaditas irresponsable como la del año pasado de poner a regir un Presupuesto desfinanciado o inflar los recaudos tributarios en 2023 y 2024 y luego olímpicamente escaparse de la regla fiscal. Esas son faltas graves, al menos disciplinarias.
La “chabacanería” fiscal del Gobierno Petro será uno de los lastres que la historia le cobrará a él y a sus ministros de Hacienda, Ocampo, Bonilla y Ávila, aunque a este último de su trabajo depende en buena parte que sea recordado como un Ministro al menos aceptable.
La palabra “chabacanería” puede ser compasiva. El último Presupuesto del Gobierno Duque (2022) fue de $350,4 billones y el que pretende Petro que apruebe el Congreso para 2026 es de $557 billones, esto es, 59% más, cifra a todas luces insostenible. Los gastos de funcionamiento (burocracia y su aceite) subirán más de 11% y 10% sacando la deuda.
Con la reforma tributaria del segundo semestre de 2022, el Gobierno llevó a la economía a una cuasi-recesión al pasar el crecimiento de más de 7% a un escaso 0,6% en 2023 y 1,7% en 2024. Ahora será peor porque el crecimiento es la tercera parte del heredado, el ambiente político no es propicio y la confianza de un remate decente está muy resquebrajada.