Los irresponsables Hommes, Perry y Kalmanovitz
“Las frases melosas del señor G. Petro esconden un dilema para Colombia. Proponer como lo hace, comprar empresas y terrenos a diestra y siniestra, hace previsible una hiperinflación de deuda pública y una inflación de precios, una vez domine al banco Emisor. Empobrecería a todos para transferir riqueza a las manos del Gobierno”. Contundente y realista la referencia del ex ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry, en un artículo publicado el pasado 6 de junio en El Tiempo.
Por eso no se entiende la “rebeldía irresponsable” de personajes como Rudolf Hommes, Guillermo Perry y Salomón Kalmanovitz, quienes han ocupado altos cargos en el Estado en el manejo de la economía y que ahora se inclinan por el anti-modelo que los tres representaron e impulsaron. Hommes, cuatro años en Hacienda del gobierno de Gaviria fue el gran promotor de una apertura brusca e indiscriminada de la economía nacional e impulsor de la privatización de empresas del gobierno, que hoy el candidato Gustavo Petro quiere abiertamente regresar, en particular en la salud con la eliminación de las EPS a favor de una gran entidad pública prestadora de salud o el sistema financiero con la creación de un gran banco oficial que le compita al sector privado, dizque para bajar las tasas de interés. Es imposible creer que Hommes esté cerca de un modelo que retorna a un sistema público de pensiones, como la pregona el ex alcalde de Bogotá.
Salomón Kalmanovitz, un economista “convertido” de la izquierda, ocupó durante casi una década una de las direcciones en la junta del Banco de la República, ideada en la Constitución de 1991 logrando darle autonomía al manejo de la política monetaria y cambiaria frente al gobierno de turno. Nunca en las años que disfrutó allí se le escuchó alguna crítica a ese modelo de independencia. Ahora, ha decidido acompañar a Petro, con un claro pregón intervencionista.
Y Guillermo Perry, inspirador de reformas tributarias nacionales y locales desde los setenta, cuando acompañó a Rodrigo Botero Montoya, uno de los economistas más ortodoxos que ha tenido el país y crítico de los modelos populistas en materia económica. Perry fue Ministro de Minas en el gobierno liberal de Virgilio Barco y de Hacienda en el gobierno de Ernesto Samper durante buena parte del proceso 8.000.
Para muchos es un experto en materia energética de fuentes convencionales, en tanto que Petro quiere acabar con el petróleo como fuente de ingresos fiscales, lo cual implicaría eso sí, no ajustar un imperfecto acuerdo con las Farc, sino hacer trizas la economía que tanto defendió como burócrata, al seguir a Petro que plantea la destrucción de sectores productivos como los hidrocarburos y la minería, que representan hoy más de 50% de las exportaciones, 7,% del PIB y casi 29% de los ingresos del gobierno central, que aportan al desarrollo regional gracias a las regalías y realizan inversiones por todo el país. Lo advierte así el rector de la U. del Rosario, J. M. Restrepo.
La posición de los tres ilustres economistas ha sorprendido a muchos. Qué desconcierto para un estudiante que hace unos años tuvo a Hommes como profesor en los Andes, un investigador de Fedesarrollo que admiró la supuesta seriedad de G. Perry o un admirador de Salomón cuando posaba de “independiente” en el Emisor.
Las sorpresas que da la vida, válidas entre los primíparos de hoy que no han tenido las oportunidades que el país le ha dado a Hommes, Perry y K. , quienes deberían releer la “Teoría de los sentimientos morales” (1759) de Adam Smith.