Hacia una Colombia más inclusiva: el reto de la educación en la era digital.
En la encrucijada de la transformación digital, Colombia se encuentra frente a una oportunidad histórica para forjar una sociedad más inclusiva y próspera. Sin embargo, esta transición no estará exenta de desafíos, y uno de los pilares fundamentales para superarlos será la educación.
En un mundo cada vez más conectado, la brecha digital se ha convertido en un obstáculo insalvable para millones de colombianos que carecen de acceso a la tecnología y a una educación de calidad. Esta disparidad no solo perpetúa la desigualdad social, sino que también limita el potencial de desarrollo del país en un contexto globalizado.
Es imperativo que el Estado y la sociedad civil trabajen de la mano para garantizar que cada ciudadano tenga acceso equitativo a la educación y a las herramientas tecnológicas necesarias para prosperar en la era digital. Esto implica una inversión significativa en infraestructura, capacitación docente y programas de inclusión digital que lleguen a todas las regiones del país.
Pero más allá del acceso, es crucial repensar el modelo educativo para que esté en sintonía con las demandas del siglo XXI. Esto significa promover la educación Steam (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas), fomentar el pensamiento crítico y la creatividad, y cultivar habilidades socioemocionales que preparen a los estudiantes para enfrentar los desafíos del futuro con resiliencia y empatía.
Es hora de dejar de lado las diferencias políticas y unir esfuerzos
Además, es necesario reconocer y valorar la diversidad cultural y lingüística de nuestro país, garantizando que todos los grupos étnicos y comunidades marginadas tengan acceso a una educación inclusiva y pertinente a sus realidades locales.
La colaboración entre el sector público, el privado y la sociedad civil será fundamental para impulsar esta transformación educativa. Es hora de dejar de lado las diferencias políticas y unir esfuerzos en pro de un objetivo común: construir una Colombia más justa, equitativa y próspera para todos.
En conclusión, la educación emerge como el motor de cambio en la era digital, capaz de romper barreras y abrir puertas hacia un futuro prometedor para todos los colombianos. Solo a través de un compromiso colectivo y una visión compartida podremos hacer realidad este sueño de inclusión y progreso. Es hora de actuar, es hora de transformar la educación en Colombia.
Hasta aquí, este autor, no ha escrito una palabra de esta columna. En un ejercicio con ChatGPT, le pregunté si conocía las columnas de Simón Gaviria y si me podía escribir una. Esta aplicación leyó las columnas, evaluó temática, y estilo de escribir, ofreció este ejemplo. Si bien mis títulos son de solo dos palabras, hacen falta datos de soporte, y los párrafos son muy cortos, esta columna no es tan distante.
En otras iteración sugirió ChatGPT la columna de Simón Gaviria: cómo crecer promoviendo la igualdad en América Latina. Al tener texto para procesar, el algoritmo aprende con cada iteración, al hacer mejor su trabajo. Si no hay datos colombianos, somos invisibles para la nueva tecnología. Al Colombia no distinguir entre los tipos de datos, para tratarlos todos como importantes, se prohíbe el progreso. Aunque esto parece una preocupación menor, cada vez será más importante.